08 noviembre, 2011

OTRA DE CHINOS

  Esta tarde me he ido un rato con mi hijo de paseo, y me he fijado que ahora se había puesto de moda las peonzas, mi niño se quedaba mirando a los otros niños como jugaban con ellas y sin pedirme nada .
  Esto es lo bonito, sin pedirme nada, me he dirigido a la tienda del bulevar, atención, regentada por un chino.
-      Buenas tardes, tiene peonzas.
-      Si, estas ( saca un cartón roído con unas cuantas peonzas, como lanzándotelas a la cara)
-      Cuánto valen.
-      Cuatro o cinco, tu comprar, tu comprar ( otra vez dándome con el muestrario ), tu comprar, tu comprar.
-      Pues va ha ser que no.
Mi niño y yo nos vamos
-      Lo siento H. pero no has visto lo raro que está.
-      Si papa, pero a mí me da igual, si quieres vamos a otro sitio.
Yo tenía prisa, pero ya habíamos empezado con esto, que no se iba a quedar H. sin peonza., nos fuimos a la tienda de enfrente que tiene juguetes.
-      Buenas tardes, tiene usted peonzas
-      Ha probado en el chino
-      Si pero no me ha gustado para nada como me ha atendido y si usted no las tiene, me puede decir que tienda puede tenerla.
-      No lo sé hijo, pero otra tienda también de chinos
-      Vale, muchas gracias
Una vez fuera, le dije a H. que no se preocupara que la íbamos a encontrar pero que tuviera paciencia.
-      Papa, no te preocupes, que a mí me da igual que sea de una u otra manera
Después de buscar por el barrio, y evitando los chinos por fin encontramos en una tienda de frutos secos una peonza, de madera de las de toda la vida, y por el increíble precio de 1 euro. Me salió muy bien a la primera, aunque después se me fue haciendo cuesta arriba, ya nos íbamos a marchar para casa cuando vimos a John, el papa de Cristian, Un sudamericano, y a que no sabéis como termino la tarde, pues compre otra peonza para el compañero de H. y John nos enseño como lo hacen en su país, nos lo pasamos los cuatro de maravilla

No hay comentarios:

Publicar un comentario