31 enero, 2015

VEGETAL CARNÍVORO




Como no recuerdo el momento
Y al instante lo olvidé.
Creo que nací de una zanahoria
O de una hojita de laurel.

Hambre siempre tuve
Eso si que lo sé
Mas no recuerdo el momento
En que a esta tierra llegué.

Sería parte de un guisante
O quizás de un trozo de perejil
Cago, meo y me arrastró hasta el mando
Quizás sea hijo de un caracol amaestrado.

Pinto, salto y canto.
¿ O vendré quizás del huevo de un grajo?.
¡ Ay que risa!, ¡ Hay que me parto!.
Tal vez sea una rayita del cielo estrellado.

No sé como vine,
Pero heme aquí.
Tan rollizo y tan sano
Y con muchas ganas de vivir.

Quizás de las espinacas
O del ajo, o del perejil
Solo se que si me rajo
El aire huele así.

Me río pensando en aquel momento
En el que vine vegetal aquí.
Parte de una chirimoya
O de grano de guaraní.

Me Huelo, me pruebo
algo salado y con sabor a añil.
Quizás venga de la hierbabuena
De tanto como reí.

Aspiro y me fumo a mi mismo
Me voy secando cual ñora.
Sin recordar el momento
en que pase de vegetal a persona.

Que dulce había sido la vida.
Aunque un poco corta.
Como y disfruto comiendo
Ya sea verde, marrón o carmesí

Aunque un buen filete es un festín
Tanto como una buena ensalada.
Regado con un vino de temporada.
Buena compañía y buena cama.

Hojitas de escarola
Hojitas de espinacas.
Nací y no me acuerdo
Y ahora doy la lata.

La lata y lo que tu quieras.
Pero mejor resguardado en casa
Que afuera hace mucho frío
Para este vegetal carnívoro.

José Pedro Porras.

VOLANDO

Sosegada, pausada, delicadamente
Caen las ultimas hojas del los arboles de enfrente
Danzarinas, bailadoras del viento.
Mis ojos se llenan de recuerdos.

Intervalo de tiempo donde me agarro y me pierdo
Fragancias de niño que llevo aún adentro.
Tus manos sujetándome y yo falto de miedo.
-      ¡Quieto, José Pedro, quieto!

Mientras una ráfaga de aire, me lleva muy lejos.
Veo tu risa distante, la misma que me acompaña siempre.
Tengo un mundo como hoja, tengo poco tiempo y eso importa.
Corrientes de aire, que me sacuden la frente.

¿Importa mi viaje?
Nunca sé cómo prepararme.
Me pongo el traje dorado, o el de otoño calcinado.
Extiendo mis pequeñas alas y me dejo llevar

Otras hojas como yo, salieron antes  seguro que ellas sabrán
Sabrán de montes, de laderas y de valles.
Sabrán de ríos, riachuelos y cauces.
Sabrán guiarme en esta vida tan llena de baches.

Me rio, sintiéndome libre.
Una tímida hoja agarra mi mano.
Es más fácil volar de dos en dos.
El viento nos susurra palabras de enamorado.

El Sol deslumbrante enturbia mis sentidos.
Emborracen la distancia, mientras giro y giro.
Chocolateado pierdo el ritmo de las otras hojas.
Pienso, me acurruco en un espacio invisible.

Mientras el Mundo pasa, cae a mi lado.
La que cogió un día mi mano, ahora la abandona
Caigo.
Caigo en un sueño dorado, lleno de conchas ensangrentadas

Donde mis venas se volvieron rojas
Y mis ganas las callaron
Enmudezco, mientras la droga recorre mi cuerpo.
Callo, con un grito atronador,

Reviento por dentro, me agito.
Huracán de los mil sentidos, donde nada veo ni siento.
Vendaval de dejarme caer, ¡Reviento!
Dejadme en paz, mientras mi cuerpo vuelve a posición fetal

Dejadme, llorar.
La perdida de mi amada hoja, me revienta por dentro.
Me acuerdo de sus ojos mientras mi cuerpo se pudre.
Me caigo en el suelo, cual hoja otoñal en invierno.

Cierro los ojos a cualquier sufrimiento.
Gracias, Droga, gracias a ti no muero
Mientras mi cuerpo se descompone yerto.
Rodeada de otras hojas, que también sufrieron.

Quiero escapar de este traje Otoñal que tanto aprieta.
Quiero volver a correr, a gritar, a sentir.
-      ¡ Madreeeee………!
Un grito espectral sale de mi podrida garganta.

Un silencio mortuorio se apodera de la sala.
Mientras la puerta de mi habitación se abre de golpe
Los curanderos me rodean,
Vierten en mí su droga cultivada.

Mi cuerpo se agita, se encabrita, se encrispa.
Se suceden multitud de imágenes en mi cerebro.
Mientras grito una y otra vez tu nombre.
Esperanza.

Será ese tu nombre de guerra.
Será eso lo último que me queda.
Será ese el motivo de encontrarme aquí.
Encadenado en este frio traje gris Otoñal.

Los médicos me sujetan y mi cuerpo vuelve a bajar de las nubes
Se deja delicadamente acurrucar por unas manos dulces.
Abro los ojos y muy al fondo de mi consciencia veo tu sonrisa.
Madre.

El frio se apodera de mí ser.
Cierro los ojos, para no volverte a ver.
Me agarras la mano, como cuando lo hacías de niño.
Cálida mano ahora llena de arrugas.

-      No pasa nada, mi amor, no pasa nada.
Mientras el flexo de la habitación se vuelve a clavar en mí, como una daga.
Sonrió.
Es el momento en el cual tú descansas.

Duermo y no tirito, se que tú me guardas.
Pasa la noche como dentelladas.
Y al despertar no recuerdo ya nada.
Vuelven a meterme veneno en mis venas.

Ahora ya desangradas.
Goteo incansable, que me lleva a olvidarte y a olvidarme.
Goteo controlable, que  llena de mierda mi cuerpo.
Goteo

Quizás en vez de hoja,
Sea ahora una simple gota envenenada.
Veneno para matar recuerdos.
Esperanza, maldita palabra tallada en fuego.

Como gota danzarina, me quedo quieto.
Como pequeña gotita, de tus manos resbalo.
-      ¡Madre!, recógeme del suelo que caigo.
Tu sonrisa alumbra mi camino, como gotita estrellada.

Agarras fuertemente mi mano mojada.
Guardando en tu mente, la última esperanza.
-      ¡Madre!, no digas, ni pienses esa palabra envenenada.
-      Que me estoy muriendo por dentro y no sé como dejarla.

Pasan los días y a mi lado aguardas.
Como gotita prendida a mi goteo
Esperas
Aguardas.

Un buen día abro los ojos y vuelvo a encontrar tu mirada.
Tus ojos ajados, echan chispas, se divierten con solo mirarlos.
Como unos Soles que descubrieron las nubes de Otoños Blancos.
Ríes.

Me acaricias el pelo enmarañado.
-      ¿Durmió bien mi ángel?
-      Si madre.
-      Pues ala, que ya es hora de levantarse.

Me agarras la fría mano, huesuda, sin apenas carne
Amoratada de tantas veces pincharme.
Depositas en mí un cálido beso.
Siento como tus ojos embravecidos, lagrimas salen

Mares, Océanos, lágrimas que saben a amor de Madre.
Te ríes, como solo tú sabes.
Me quieres abrazar y mi cuerpo se deja
Miles de huesecillos, se clavan en tus redondas carnes.

-      ¡ Hijo, te quiero!
-      Más aun, yo madre.

Se pierde el tiempo entre tus ojos.
Se agarra al mío al despertarme.
Me sacudes cual tu niño grande.

Miro por la ventana del hospital.
Aun no parece tarde.

José Pedro Porras.

 Esta es un historia inventada, en la cual nada es verdad, ni el nombre de ella, ni la situacion que cuenta, simplemente me deje llevar y esto es lo que salió.
Explicación de lo que he contado, por si alguien no lo entiende;
En la primera parte, me separo de mi madre, para ver que mundo hay fuera, luego me dejo llevar por le ambiente ( Nocturno), donde conozco a una chica, ella me enseña lo que es la Noche y me dejo llevar, hasta el punto de caer en las drogas, no se como acabo en el hospital donde tratan mi drogadicción y la única persona que me acompaña es mi madre, la cual no me abandona nunca.
José Pedro Porras.

30 enero, 2015

SIN PELOS EN LA LENGUA




   La propia necesidad del ser humano en conseguir un cambio, ya que las cosas que nos rodean no las podemos entender, es ya obvia en todo el mundo.
  Se palpa en el ambiente que esto no puede seguir así, pero el miedo que nos meten en el cuerpo con que viene el lobo, que si no salen los partidos de siempre no va a ser lo mismo, que si sale ese de la coleta la España que conocemos se va a hundir.
-      ¡ Pues que se hunda, de una vez!, haber lo que ocurre.
  Hoy he tenido la suerte de compartir el tiempo de mi trabajo con una persona de esas que llamamos inteligentes, esos chavales recién salidos de la Universidad, con su carrera de Ingeniería y todo, que han tenido la suerte de colocarse en una buena Empresa, para que esta le explote y saque su jugo por bien poco dinero.
  Como este chico y yo no nos conocíamos de nada y el camino que nos esperaba era de más de dos horas, de algo teníamos que hablar.
  De Política, y encima con las mismas ideas que yo, aunque al final me ha defraudado bastante, cuando aún dejando claro que iba a votar a Podemos, le daba miedo decirlo y dejarlo claro.
 
  Esta es parte de la conversación mantenida con este Universitario de Pre, con un breve esquema para entenderlo.

PP y PSOE – Roban y robarán.
El Pueblo mantiene a estos ladrones.
El Posible cambio se puede dar siempre y cuando la gente no se deje llevar.
Los medios mediáticos mal informan y tergirbersan las informaciones.
En el caso hipotético en que Podemos ganara las elecciones por poco, los partidos PP y PSOE se alinearían, cosa lamentable pues si el Pueblo ha decidido una cosa, esta se debería de respetar.
PP y PSOE, están de acuerdo en  no modificar las leyes electorales, para asi si necesitan aliarse con tan o cual partido lo hagan.
España está en estos momentos dividida en dos partes pero al final es lo mismo, lo único que cambian son las siglas.
Resulta que ahora en Madrid van a empezar una Obra importante con lo cual se empezará a mover el trabajo y las empresas deseosas de hacer algo. Que oportuno que esta situación sucede justo año y medio antes del rollo de las elecciones con lo cual la gente ya estará contenta de que haya por fin trabajo y se los olvidará lo mal que lo han hecho anteriormente.
Las anteriores elecciones pasó lo mismo, venga hospitales, venga carreteras, venga el Ave que llegue a todos los sitios y ahora en el momento justo, viene ese chino cudeiro a invertir y mucho en España, ¿ Casualidad?, NO, Es todo un plan prefijado para que las personas olviden y sigan votando a los mismos.
También está el tema de los pensionistas. ¿ Como puede ser que ahora?, con el dinero de todos se les haya subido la pensioncilla, y como los funcionarios, también con el dinero de todos, estén cobrando las pagas que el Amigo Estado les debía.
Acaso se nos olvida con este mismo Gobierno ha tenido que hacer uso de la Hucha que tiene porque no podia hacer frente a todos los pagos que tenia, tanto en jubilados como en la increíble plantilla de funcionarios, durante la época Navideña y sin darle mas importancia de la que tiene. NADA.
Estos amigotes del Pueblo, saben cómo hacer callar a las masas, como hacernos olvidar y como aplastar a aquellos que “ A lo mejor pueden hacer algo por Nosotros”
Este chico y yo nos hacíamos una pregunta: ¿ Y si resulta que encima Salen y hacen algo por nosotros?, ¿ Y si lo hacen bien y todo?.
Miedo da pensarlo que un grupo salido de la nada, conducido por un profesor en la rama de la política y aplicando paso a paso los mismos ideales que aplicó Felipe González en los años 89 para desbancar al PP. Paso a paso, las mismas cosas, las mismas ideas que le dieron entonces el triunfo se aplican a un pueblo aun mas jodido que antes y que necesita tener algo, alguien por lo que luchar, una ilusión, aunque le diga la televisión, los medio informativos que no es lo correcto.
¿ Acaso lo que tenemos lo es?.

Miedo al cambio, o miedo a estarse quietecito, no vaya a ser que nos pase algo.
Eso es lo que quieren un pueblo sometido y tranquilo, para que ellos tanto el PP como el PSOE, sigan como siempre, chupando del pueblo.
Lástima que ahora tengamos una pequeña solución y no digo que sea lo mejor, sino mucho mejor de lo que tenemos ahora.

Las dos horas y media con este chico, dio mucho de sí y sobre todo me dio pie, para saber que lo que pienso no es lo incorrecto y hay mucha gente por ahí que piensan como yo y no somos perro – flautas, ni nada parecido, somos personas que necesitan un cambio, que ven la vida de otra manera y saben que otra cosa siempre es posible y no les da miedo el cambio.
¿ O a ti si?.

 José Pedro Porras.


  

  

29 enero, 2015

GLOBOS



Globos

Lucia extendía como cada día los brazos por su ventana, mientras las finas gotas de lluvia atravesaban su mano, llevándola a lugares húmedos, su querida Escocia.
Ahora sola en Madrid veía las tardes de Otoño monótonamente pasar.
Ilusiones perdidas detrás de un montón de kilómetros, mientras inflaba una y otra vez sus pulmones, para rellenar con su energía sus globos, esos globos que cada tarde vendía (o intentaba vender en el Retiro).
Su piso más húmedo que su cuerpo y encima en la calle lloviendo, ahora como vendería sus globos. Pero aun así llena de recuerdos empezó a inflarlos, tanto infló que sus ojos se llenaron de verde, rojo y morado.
Cerró por un momento su conciencia y abrió tímidamente la ventana a ver lo que pasaba.
Los globos queriendo agarrar la libertad del cielo, empujaban a Lucía hacia la calle.

- ¡Quietos que todavía no os toca salir!

Pero eran tantas las ganas de libertad que un globo gordo, tan gordo como ella, violeta como las moritas de Septiembre, le empujó fuera, le arrastró hacia un Mundo lleno de risas de cuentos y de bombones rellenos de licor.
Le agarró tan fuerte, que Lucia aunque nunca había volado, cerró fuertemente los ojos y se dejó llevar, se dejó amar por ese globo tan gordito que tanto se reía de todo.
¿Feliz? No lo sé.
Aunque ese viaje hacia las estrellas, duró lo que dura el plástico que recubre el aire de sus pulmones y un buen día el globo violeta se desinfló y la dejó caer.
Lucía extendía sus redondos brazos, como queriendo coger un momento más aquella felicidad, pero caía, en una caída sin redes y sin más protección que sus sueños, sus ideas y unas ganas increíbles de volver a su país.
Por fin las nubes pasaron y podía salir a vender sus globos, tan llenos de ilusión, como de ganas de venderlos.
Sentada en su diminuta silla, gritando a pleno pulmón:

- ¡globos, globos de colores, globos llenos de amores y corazones!

Pero la tarde pasaba y después de tanta lluvia, poca era la gente que se atrevía a pasear por el Retiro.
Se aburría soberanamente y no veas como le dolía el culo.
Empezó a inflar más globos, para ver si le pasaba lo mismo que la peli de Up, donde ese señor mayor consiguió hacer volar su casa.
El viento, conocedor de sus ilusiones se hizo presente y cuando menos lo esperaba Lucía, salió volando con todos sus globos bien sujetos a su diminuta silla.
Lucía sonreía.
Ya no tenía miedo a volar, pues ya recordaba lo feliz que había sido con su globo violeta.
Pero esta vez era diferente, tenía bien amarrados  todos los globos a su destino y no se bajaría de ellos.
Río y se dejó llevar por ese viento danzarín que jugaba con su pelo, con sus sueños y con sus desnudos pechos.
Jugó y se enjuago su vida de ese enredado viento.
Subió a lo más alto y divisó a lo lejos su país, esa pequeña tierra Escocia, se divisaba a lo lejos.
Agarró con fuerza a su viento y se dejó hacer.
Cerró los ojos y recibió un beso.
Los abrió de nuevo y una cara tan redonda como la suya, le miraba.
Se reía y esa sonrisa la llevó a recordar.
Y con el recuerdo le entraron unas inmensas ganas de llorar.
Pero la cara tan redonda como la suya le habló y unas manos tan grandes como las suyas le abrazaron.

- ¡Madre!
- Tranquila mi niña que todo pasó.

El viento, volvió a acariciar su enredado pelo y en el oído dejó prendida una palabra.

- Te quiero.
- Gracias.

Lucía por fin puso los pies en la Tierra y dejó a todos sus globos en libertad.
Cientos de globos surcaron el cielo en busca de alguien que quiera volver a inflarlos y puede con ellos soñar un rato.

José Pedro Porras.

Este cuento es una transformación dentro del mismo, se puede leer de muchas maneras y siempre será la adecuada.
Es una historia de amor, de frustración de Lucía ante la vida y de las ganas de volver a su país.
Se descubren a primera vista dos amores, uno el globo violeta y otro el viento, el cual logra llevarla a su casa, pero si nos fijamos también hay más amores en su vida.
Le puedo dar mil vueltas al pequeño cuento y siempre me gustará más, espero que con esta aclaración sea más fácil su comprensión.

Un abrazo.

22 enero, 2015

PERDIENDO LA CABEZA




Si me limitara a recordarte
Ya no sería yo.
Si al sentirme vacío no te viera
Perdería toda la razón.
Si en estos momentos difíciles no estuvieras
Agarrándome con fuerza mi mano
Apretándome la razón para que no la pierda
Sujetándome la lengua para poder seguir viviendo
Persiguiéndome en sueños para no quedarme en ellos.
Dándome aliento cuando más los necesito.

Cuando todo parece perdido
Sin encontrar una razón para seguir.
Cuando esos que llamamos amigos
Nos hacen daño una y otra vez.

Cerramos los ojos, nos dejamos llevar.
Pero en lo más hondo de mi desesperación
De la degradación como persona.
Te vuelvo a encontrar.
Vuelvo a hallar tu mano tendida.

Veo tu rostro, tu sonrisa.
Te pregunto una y otra vez las cosas que no entiendo.
¿Por qué me hacen daño, si yo ningún mal hago?
¿Porque de las envidias de la gente?
Que no me dejan vivir tranquilo.
¿Qué mal habré hecho yo por ser como soy?
Tantas cosas, que se agarrotan en mi cabeza.
Toda una vida por delante, con tan solo 43 años.

Estupidez de la gente que me rodea,
Que no ven más allá de sus narices.
Vil dinero que amarga sus vidas.
Esos que se crees amigos (Necio yo al creerlo)
Esos que nada más te das la vuelta, te clavan dagas envenenadas.
Esos que me hacen perder la poca razón que me queda.

Tanto me dijeron “Tonto”,
Que a mis 43 tacos,
Voy a pensar que verdaderamente lo soy.

Me cierro sobre mí mismo y sin querer ver a nada ni a nadie.
En lo más hondo de mi cabeza, vuelvo a verte.
Abuelo.
Agarrándome para que no me caiga.
Sujetándome la sin razón para que no la pierda.
Diciéndome “- Adelante.”.
Tú sonríes y me dejo llevar por tu sonrisa.

Duele tanto esta vida Abuelo.
-      “Si, pero es la que hay”.
Duele tanto que te hagan daño las personas que quieres.
-      “Si, pero cada persona tiene un final”.
Porque tengo que seguir adelante. Me canso tanto de esta sociedad.
-      “Fácil, José. Tienes dos niños”.
Te quiero.
-      “Y yo a ti también”.
Dame tu mano y agárrame fuerte.

Después un silencio en mi mente, mientras se desdibuja tu sonrisa.

Te quiero, Abuelo.

22-ene-15

José Pedro Porras.




14 enero, 2015

PALMERITAS DE CHOCOLATE



La vida a través de una palmera de chocolate.

Cierro los ojos y la muerdo.
Paladeo cada momento, no pensando nunca en su final.
Desdibujo su forma de corazón, atravesándolo con mis dientes.
La disfrutó a cada bocado, mientras su olor me recuerda a mi niñez.
A cada trocito vuelvo a ser niño, lleno de amor y de bollería industrial.

¿Que nos importaba entonces lo grandes que íbamos a llegar a ser?
Comíamos como bestias y disfrutábamos como  auténticos animales.
 Sin importarnos nada ni nadie.
Con nuestra Bicicleta fuertemente pedaleando, agarrados a esos fríos manillares.

Grito interiormente.
 Mientras el chocolate negro recorre mi garganta.
Velocidad detrás de ejes ahora oxidados.
Como seguro se están oxidando tambien mis arterias.

Pero sabéis una cosa, ahora no me importa,
 vuelvo a cerrar los ojos y lleno toda mi boca de esta palmera.
Corazones contentos llenos de momentos dulces.

Miro a mi niño y sus ojos me deslumbran.
¿Recordará algún día estos ratitos con su padre?

Devoro la exquisita palmera, como devoro poco a poco mi vida.
Sin saber en qué momento la terminaré.
Sabiendo que cualquier boca puede ser el último.
Río.
 Me descojono por dentro y agarro la mano de Héctor.

Hablamos de nuestras cosas y la tarde se esconde
Consigo enlazar mi vida a su camino y por dentro me encuentro feliz de poder disfrutar este instante.
¿No sé si me hará daño tanta palmera y tanto chocolate?
Como tampoco sé si me hará daño entregarme tanto y tanto.
Vuelvo a cerrar los ojos y como, que la vida se nos va acabando y si no la disfrutamos se nos puede fundir entre los dedos.
Dedos ahora manchados de negro chocolate y diminutas migas de palmera que llevan dentro  en cada partícula sueños encerrados.
Deliciosas palmeras con mi niño Héctor.

José Pedro Porras.




12 enero, 2015

OLVIDO


Olvido.
Lugar donde se pasa el tiempo contigo
Recuerdos.
Lugar de mi mente donde te pierdo

Preguntas.
Cuando te miro a los ojos y no las hayo.
Disculpas.
Cuando agacho la cabeza y me sonrojo.

Brisas.
Descubrir en cada mañana lo mucho que te quiero.
Viento.
El agitar de mi cuerpo cuando no te tengo.

Necesidad.
De verte a cada instante riendo.
Felicidad.
El haberlo conseguido.

Mentiras.
Cuando te das la vuelta y crees que de mi te has cansado.
Amor.
Girarte y ya estar a mi lado.

Victoria.
Volver a conseguir un beso.
Gracia.
La gracia de haberlo conseguido.

Pasión.
Lo que viene después de ese beso.
Arrebato.
Escuchar a mi corazón que se quiere salir del pecho.

Fuego.
Tus labios candentes, después de haberme amado.
Entrega.
Dar más de lo que hemos recibido.

Desvanecimiento.
Momento borroso, oscuro, lamentable, incierto.
Dudas.
Pensar el momento en que te volveré a amar.

Portazo.
El golpe antes del increíble silencio.
Calma.
Dudas interminables que me acompañan todo el día.

Quietud.
Demasiada inquietud, mirando una y otra vez el rollo del teléfono.
Soledad.
Si en toda la mañana no suena con tu nombre dentro.

Amargura.
Pensando que puede ser que me olvidarás.
Lucha.
Por seguir adelante sin ti.

Alegría.
Volver a escuchar tu voz en el móvil.
Locura.
Haber conseguido que vuelvas.

Momento.
El mejor instante del día, verte de nuevo.
Sensación.
Juntar mi mano con la tuya, como trato echo.

Agua.
Ver tus ojos llorar y los míos derramarse.
Beso.
El primero de un sin fin de besos sabiendo que ya no te iras.

Verdades.
Con las que hacer durar este momento.
Dulzura.
Tu cuerpo desnudo junto a la ventana.

Fin.
Cerrar los ojos y dormir a tu lado.


José Pedro Porras.