Había una vez un alcalde, que mas que alcalde era un faraón, y entre sus múltiples actividades estaba la de talar arboles, y hacer agujeros, con la poca delicadeza de pasarse por el forro de sus coj... lo que su pueblo le gritaba el las calles, un buen día se levanto en su palacio, y miro el Paseo del Prado, tan lleno de arboles centenarios, eso se que daba gusto mirarlo.
- anda gallardon cierra la boca. que se te cae la baba. ( le dijo la persona con la cual compartia cama)
- Es que es tan bello lo que estoy viendo, un gran bosque en medio de mi ciudad, cuantos arboles y que grandes verdad, churri.
- Anda, mi faraón, que otra vez te ha entrado la manía de cortar arboles.
- que no churri, que no, es que sabes una cosa, tardo tanto en llegar a mi palacio, con los atascos que se arman cada mañana, que he decidido, arreglarlo para que todo el pueblo tarde menos en llegar a trabajar.
- pero en que trabajo, mi churri, si no lo hay.
- Claro, que lista eres, como la gente que se esta manifestando allí fuera, parecen que no tienen nada que hacer,¡ eso¡, que se pongan a talar ellos mismos los arboles.
Otra vez Madrid se moviliza, porque Gallardon, quiere cortar los arboles que estan en el paseo del Prado, para hacer un tunel por debajo.
Otra vez el faraon, se pasara, lo que opine su pueblo por debajo de su gran capa.
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