14 noviembre, 2011

NATA INDIA.

  Anoche, faltaba nata.
Claro está, no íbamos a bajar al chino, pero justo enfrente de nuestra casa, han abierto una tienda muy grande,  de alimentación , unos indios.
 India, ese país tan bonito, con esas gentes tan entrañables, como no iba ha poder comprar en esa tienda, y dejarles un poco de los beneficios de nuestro país.
 Total que entre.
Había nata de dos tipos, una la española, Puleva, otra una marca India, que tan amablemente el señor indio me ofreció, y encima más barata ( la pela es la pela).
  Una vez en casa y con la nata montada, la señora se quejo que la nata no le gustaba, la niña le parecía una asquerosidad, pero he aquí nuestro súper niño, a él si le gustaba, más bien le encantaba y paseaba por toda la casa la nata, metiendo una y otra vez el dedo. Si estaba buena para él , también lo estaba para mi, y encima la delicadeza de comer lo que mi mujer había hecho con tanto cariño, esas tortitas con nata y sirope de caramelo, una pasada.
  La nata no es que estuviera mala, estaba diferente, pero en fin todo es acostumbrarse, me comí tres pedazo de tortitas con nata que no se las salta un gitano, ya no podía mas, y con la panza llena me acosté.
  2 de la mañana, una punzada en todo el estomago, me despertó en la oscuridad de la noche, lo sabia esa nata maligna me había atacado, había esperado el momento para golpear abajo y en los bajo golpeo con tanta fuerza que más rápido que el rayo estaba vomitando las tres tortitas acompañadas de esa Nata de los Países Indios.
-  Pero cariño,( me recordó mi mujer), nada como los productos nacionales,  si hay posibilidad compra siempre la española

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