Como cada noche la mama de Luis, se empeñaba una y otra vez en que cogiera la comida con su cuchillo y con el tenedor. Por más que empeño que ponía, Luis siempre los cogía con sus pequeñas manos.
- Pero no te he dicho que no, no y mil veces no, te has quedado sin cenar, las crocretas se cogen con cuchillo y tenedor.
Luis se fue cabizbajo, y con una lagrima en el interior de su barriguita, pues nuevamente se había quedado sin cenar.
Claro está que cuando uno se va sin cenar a la cama, no suele dormir bien, y este es el caso que aquí os cuento.
LA REVELION DE LAS CROQUETAS
Luis no se lo podía creer y por mas que se frotaba los ojos, aquella croqueta gigante le miraba descarada.
- Que haces tú aquí, guapetón , ( Le dijo la Señora Cloqueta la croqueta)
- Qué, que hago aquí, MAMA,
- Que no, que por mucho que grites no va a venir tu mama.
- Mama, mama, mamá ( Luis se empeñaba, mientras la señora cloqueta se reía, una y otra vez)
- Ya vale, cariño, ya vale, a ver que te examine, no pareces un calamar, tampoco una gamba, y menos una delicia de merluza, pero para que estas tu en este cuento.
- No sé, y además me duele la tripa tanto, ( Mientras le salía, un ruido extraño de su tripita) mi madre que me ha dejado sin cenar, porque se empeño una y otra vez en que me tenía que comer una croqueta con cuchillo y tenedor.
- Ay ( brinco la señora cloqueta) ay, ay, ay que dolor pinchada con la punta de un tenedor, basta que nos tengáis que comer a mí a nuestras hermanas y vecinos, pero eso no,¡ ay, ay, ay,¡ eso de pincharnos, ni que fuéramos un filete, o algo así, solo de pensarlo se me ponen los pelos de punta ( y dando brinquitos hizo olvidar a Luis donde estaba). Ahora mismo vamos a hablar con el señor plato para convocar una reunión URGENTE.
Un plato del tamaño de un estadio de futbol, empezó a chillar a diestro y siniestro, REUNION, REUNION, REUNION
CAPITULO 2
Por allí estaban todos, las croquetas de jamón, de pollo, de quesitos, de gambas, las propias gambas, los calamares, las riquísimas empanadillas, los bienmesabe, los rebozados de mi madre, los pescaditos fritos, los rebozados, y todos gritaban al unisonó:
- ¡ ABAJO LOS TENEDORES,ABAJO LOS CUCHILLOS, REBELATE POR DEJARTE COMER CON LAS MANOS ¡
LUIS se unió, a ellos, y aunque su voz no sonaba como aquellos deliciosos rebozados todos eran una gran familia.
- Basta, ( grito la señora Cloqueta), he dicho basta.
Poco a poco el silencio se fue haciendo alrededor del plato, mientras a Luis le rugía una y otra vez su tripita.
- Hemos tomado una decisión, ( dijo la señora Cloqueta), a partir de ahora no nos vamos a dejar pinchar por ninguno de esos tenedores malditos, que agujerean nuestras carnes, haciéndonos tanto daño.
- Y como lo vamos a lograr.
- Con magia, como no, he llamado a mi amiga la bruja REBOZINA, y con su gran poder dentro y fuera de la cocina lo conseguiremos.
En medio de una gran humareda, y despidiendo un olor a aceite calentito, apareció la bruja REBOZINA.
Todos, hasta el más pequeño de los fritos, permaneció en silencio, esperando escuchar el gran plan de la bruja.
- Desde las altas cunas de la cocina he elaborado estos polvos mágicos, los cuales en contacto con todos vosotros antes de freíros, os darán el poder de desaparecer, en el terrible caso en que cualquier tenedor del mundo, desee pincharos, hablare con mi hermana la HARINA, y juntas os ayudaremos a todos y a todas ( mirando con mucho cariño a nuestra Señora la Cloqueta).
Y como por arte de magia, y entre medio de mucho humo y olor a aceite virgen, desapareció la bruja Rebozina, llevándose a Luis, el cual había permanecido, quieto y con los oídos bien abiertos durante todo el tiempo. A ver si a partir de ahora tenía suerte y nunca más su Mama, le obligaba a pincharlos con el tenedor
Capitulo 3
Ya había pasado algún tiempo desde aquel sueño, pero a Luis no se le iba de la cabeza, pensando en la noche en que su mama, volviera a hacer de cenar croquetas, y aquella noche llego y con el momento decisivo.
- Luis, ya te he dicho que cojas las croquetas con el tenedor.
- Que no mama, que no.
- Como que no.
Fue a coger una con un tenedor, cuando por arte de magia, TA CHAN, TA CHAN, desapareció.
- No puede ser, no puede ser.
Volvió a coger ese tenedor punzante, y a intentar coger otra vez a la Señora Cloqueta, cuando ZAS, PATACHAS. La crocreta desapareció.
Cogió el tenedor con más fuerza, esta vez dirigiéndose a un calamar y SIN CHAN, SIN CHAN, El calamar igual que la croqueta desapareció.
Mientras, Luis con su delicada manita, y ante el enfado de su mama, cogió despacito, despacito a la Señora Cloqueta, y con mucho cariño y respeto se la metió en su pequeña boca, disfrutando, cada bocado, cada mordisquito, y recordando lo que dijo la bruja REBOZINA, a partir de ese momento cualquier niño de todo el mundo podría coger Las croquetas, los calamares, las patatas, los pescaitos, los bienmesabe, siempre con sus manos, también lo podrían hacer los mayores, pues claro está, sino desaparecerían para siempre, y entonces si serian ellos, los que se quedarían sin cenar.
FIN, CATAFLIN.
DEDICADO A TODAS LAS MAMAS, QUE NO DEJAN QUE SUS NIÑOS DISFRUTEN AL SENTIR CON SUS DEDITOS CADA BOCADO QUE DEN.
J. PEDRO. 22 11 2011
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