13 noviembre, 2011

11 del 11 del 2011

                                          11 del 11 del 2011


  Las loterías, boletos y demás siempre han sido una pérdida de tiempo y de dinero para mi, pues nunca me ha tocado nada, ni siquiera cuando más me ha hecho falta, pero da la casualidad que el viernes fue un día señalado, 11 del 11 del 2011, total nada, después de que mi mujer y los niños insistieran compre un cupón.
  Llego el momento decisivo, la familia nerviosa, ni siquiera sabíamos cuando se iba a producir el sorteo, ni que cadena, ni nada. Se nos ocurrió que alguna persona mayor nos podría indicar, quizá el padre de mi mujer, o su tío, alguien que le guste la tele, no se nos ocurría a nadie familiar que supiera de eso, cuando a mi hija se le ocurrió mirar en el efe texto.  Efectivamente allí estaba y un especial y todo, pues a quedarnos y a disfrutar.
  Después de estar esperando más de una hora hasta que empezó el especial sorteo de la once, algo paso en nuestra familia, un cosquilleo inundaba el ambiente, teníamos la seguridad de que nos iba a tocar, primero el niño sujetaba el billete, luego la niña, nada el primer tanteo nada de nada, estaban apareciendo números pares, 77, 55, 99, el billete rotaba de mano en mano, luego los nervios para la segunda tanda del sorteo, el numerito encima de la mesa.
-      Pero papa, no hay nada para que nos de buena suerte.
-      No se quizás una cabeza de ajos
 Mi mujer se levanta corriendo a por la cabeza de ajos, ahora la sujeta A. encima de sus piernas, el ajo encima, debajo, al lado.
-      Pero quieres parar de mover el ajo de una vez
 Otra vez los dichosos numeritos, otra vez números pares, pero nada de nada, yo creo que en la segunda tanda, el niño con el numerito en la mano, se estaba quedando dormidito, y esta vez rápido como el rayo Mac quenn, a la cama, no n os queríamos perder ni un solo momento.
  Eran las 11 de la noche y 11 minutos del 11 del 11 del 2011, séptimo numero y justo la fracción el 111.
-      Pero papa, te has dado cuenta, no sé si eran también y 11 segundos.
-      Tranquila A. tranquila.
 Momento para el sobeteo del numerito, primero por una chepa, luego por la otra y por la mía también.
-      Y porque no por las tetas ( dije yo).
 También por las tetas, y por la cabeza, toda una risa.                                             Momento decisivo, ultimo numero del sorteo, cuando a nuestra niña se le ocurre la idea de que crucemos todos los dedos, y mandemos toda la energía posible, cerrando los ojos y pensando en el numero 88483 y con la televisión en silencio, ya no sabíamos ni lo que hacer pero la risa y los nervios eran contagiosos.
  Miro desde lejos a mis niñas, y una sonrisa eterna me llenó el alma, es tan difícil de describir, viéndolas disfrutar así de esta manera, yo sabía que no nos iba a tocar, pero ese silencio interno me lleno tanto, sintiendo la felicidad de una familia sana, llena de vida y trabajadora, que suerte mas podía pedir.
  Terminó el sorteo, y en la intimidad de la cama le dije lo mucho que la quería y lo feliz que me sentía teniéndola a ella y esos niños tan maravillosos que Dios nos ha dado.

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