El coche se empezó a iluminar, las luces de mi furgoneta parpadeaban y los limpiaparabrisas no dejaban de moverse de un lado para otro.
Blanco que quede, paralizado como si me hubiera dado un pasmo, no sabía lo que hacer, nadie me había dicho que la furgoneta podría reaccionar asi o a lo mejor es que estaba poseída por un espíritu maligno.
Menos mal que esta situación se me dio dentro de un Taller y encima conocía al dueño.
Ángel, intentó tranquilizarme, y con la mano aún sujetándome la espalda, me dijo que tenía un problema electrónico. ( - Haberlo dicho antes, todavía con un sudor frio por todo el cuerpo )
Había que desconectar la batería. Allí se dirigió Ángel a su caja de herramientas y en esos momentos como si la furgoneta poseída se hubiera dado cuenta de que la iban a desconectar, se apago ella solita.
Claro está, ahora me tenía que montar en ella, con un miedo raro, pero que muy raro en el cuerpo, me monte, encendí el contacto y funcionaba, aunque desde ese momento todavía sigo con la mosca detrás de la oreja, pensando que en cualquier momento me puede volver a pasar.
Paso algunos días, con estos nervios en el cuerpo y logre hablar con un señor entendido en la materia y me dijo que no le diera importancia que lo que había pasado es que la furgoneta había detectado que la iban a robar y se había encendido el sistema de seguridad.
Y mi pregunta es:
¿ Como se había confundido la furgoneta, siendo yo como siempre su conductor ?.
Y la más importante, ¿ Me volvería a pasar ?.
JOSE PEDRO PORRAS ( hecho real como la vida misma ).
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