Como cada mañana me levante con hambre, dichosa hambre esta que estamos pasando últimamente, cada vez va teniendo menos gracia y asi dormido y todo, cuando me dirigía a preparar el desayuno, me asalta cual lobo feroz en el cuento de caperucita, Toñi.
- Vas a preparar el desayuno
- Claro mi amor.
- Yo quiero 5 galletas
( el espíritu me dio un vuelco, y el estomago se me encogió de golpe, 5 galletas, esto va de verdad, el régimen recobra toda su fuerza )
- 5 galletas, Toñi, no van a ser muchas.
- Anda cachondo
- Como siempre, mi amor, como siempre, pero 5 galletas, lo dices de verdad
- 5 o 6, lo que tú quieras, pero ni una mas
- 6 es numero para, serán mejor 6.
Y dándole nuevamente un beso, porque ella siempre se lo merece, me lanzo a la cocina y empiezo a buscar comida.
Lo primero que hago es depositar las 6 galletas y ni una mas encima de la mesa, no vaya a ser que se mosquee, y vaya a ser peor. Mientras yo preparo el desayuno de Alba, y el mío, consistente en lo de siempre, unas tostaditas con mermelada y un vaso de leche.
Toñi, se sienta a desayunar, y como si nada, preparada para devorar esas 6 galletas de María Fontaneda,.
- Creo Toñi, que hoy te va a sobrar tiempo.
- Preocúpate de lo tuyo, que tienes bastante.
- Anda no te pongas asi.
- Mira el pedazo de desayuno que te estás metiendo, esa mermelada que engorda un montón con esas tostadas.
( creo, que tiene que ser muy duro, enfrentarse a una mesa llena de mermelada y unas tostaditas calentitas, mientras solo tienes 6 galletas sobre la mesa )
- Con lo que engorda todo eso ( me dice Toñi ).
- A ver una cosa, quien es la que se ha puesto a régimen, tu, verdad, y nosotros te estamos acompañando.
- Ya pero toda esa mermelada que te echas no tiene que ser para nada bueno.
( hasta ahora no se había preocupado por la cantidad del desayuno, pero todo llega)
- Si no fuera por el desayuno, como iba a tener fuerzas para pasar toda la mañana, con la cantidad de trabajo que tengo que desarrollar.
- Mira me a mí, en lo que llevamos, he conseguido bajar 3 agujeros al cinturón.
- Y todos estamos orgullosos de ello. ( Le suelto otro beso, porque ella siempre se lo merece , y acaba la discusión y el desayuno ).
La comida fue bastante bien, pues me toco cocinar antes de irme, y puede con los restos del Salmón que Héctor, no se comió, hacer unas exquisitas patatitas con ello, para chuparse los dedos.
La cena se iba aproximando y antes de hacerla me pasé por la cocina a ver lo que había esta vez.
- Y este bocadillo que es Toñi
- Se me ha olvidado en la cocina y era la merienda de Héctor.
- Pobre Héctor, y que ha merendado
- Pues otra cosa.
- ( Silencio, pulcro silencio ).
Como quien no quiere la cosa, y haciéndome el despistado, me abalance sobre el bocadillo, y en menos que canta un gallo, me lo devore, me lo trapee, me lo guarde en mis entrañas, pues no sabía el fin que iba a tener esa noche y lo que nos iba a tocar para terminar.
La cena fue algo peor, dentro de lo que cabe, pues también me toco hacerla y preparé un champiñón a la plancha con carne picada, ajitos y un poquito de perejil, pero eso si solo cuatro por persona. ( a mi plis, pues ya tenía el bocadillo de Héctor dando vueltas por mi eterno organismo ).
- ¡¡¡¡¡ Venga a cenar ¡¡¡¡, ( sonó como a pitorreo, pero nadie se dio cuenta), venga a cenar que se va a quedar fría la cena.
Todos allí reunidos ante semejante banquete, y lanza nuestro niño:
- ¿ Después del champi que hay papa ¿.
- Después del champi, una fruta y a acostar, que estamos a régimen.
Para terminar, de momento la cola de caballo no me está haciendo nada, pero estoy algo mosca por si acaso
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