No lo vi.
La rapidez del día
pasaba entre las ruedas de mi furgoneta mientras los clientes se agolpaban detrás
de las últimas horas de la mañana, cuando una nueva llamada sonaba en el
asqueroso de mi móvil.-
- Si dígame,
Mientras echaba marcha atrás y justo por el Angulo,
oculto entre las sombras apareció
- ¡¡¡¡ Coñooooo ¡!!!!!.
Pero ya era tarde el señor, ( cual paloma que
apachurra la furgoneta ) caía a los pies de las mismísimas ruedas. Saque la
mano por el cristal intentando de cualquier modo que esta palomita no cayera al
suelo, pero mis intentos de que el golpe fuera menor, fue inevitable.
- Pero señor, que es lo que ha hecho, ( repetía
este , una y otra vez, jadeando como faltándole el aire.
Mi primer pensamiento fue que no me iba a dar
tiempo a terminar el reparto, como lo haría si estábamos a viernes y me
marchaba de finde.
El señor quejándose y con su falta de respiración,
- Tranquilícese señor que le va a dar algo (
le repetía yo, una y otra vez, pensando que en cualquier momento le iba a dar un
infarto del mismo susto, después del
impacto lateral con la rueda de mi furgoneta, no va a ser ).
- Ay, ay, ay, pero no me ha visto ?.
- Pues claro, señor, como le voy a ver si
estaba escondido detrás del Angulo muerto.
- Muerto, eso es casi como me deja usted,¡¡¡
ay, ay, ay !!!. ( Otra vez respirando entrecortadamente )
- Tranquilo señor, que se va, tranquilo (
pensando que en cualquier momento caía redondo al suelo, y todo porque le he
pillado solo un poco.
Empieza a venir gente: la señora con su
compra, un señor del parque, el negrito que guarda los carros. Pero después de ver que al señor palomino no
le pasa nada, empiezan a desaparecer con el mismo disimulo ( la gente no se
preocupa por los demás ¿ Veis ?).
- Pero deme algún dato suyo, la matricula,
pero deme algo, ay, ay, ay ( otra vez agonizando ).
Yo dentro de mi
poco razonamiento, veo que si le doy la matricula estoy perdido y eso es lo que
menos necesito, perderme y para siempre, asi que opto por darle el número de móvil,
cuando también me doy cuenta de que si le doy bien el numero de móvil, también estoy
perdido ( cruel, pero cierto ), asi que le doy mal el numero y aunque al
principio había pensado darle el de Toñi, se me fue enseguida de la cabeza, me
invente uno que cuadrara y difícil pues estaba bastante nervioso y ya me estaba
poniendo hasta mareado.
El señor palomino, no dejaba de quejarse de
que le había apachurrado el pie, y yo pensando que si le llego a aplastar el
pie iba a estar allí tan pancho.
El susto era más que nada.
- Si quiere le acompaño a casa, si hace falta
( le dije como buena persona, carente de todo escrúpulos ).
- No, no hace falta, ya voy yo solo (
amarrando como pudo el número de teléfono falso ).
Me monto de nuevo en la furgoneta, y otra vez
se pone el señor palomino detrás, justamente en el Angulo muerto, no me lo
podia creer. Me echo las manos a la cabeza y miro al señor que pide dinero ( el
negrito de los carros ), que se dirige al señor mayor, apartándolo de mi
camino, después me hace asi con la mano y yo cojo las de Villadiego.
El negrito hace asi con la mano, con más
fuerza y yo aligeró el paso, caballo mío.
Los nervios me acompañaron durante todo el día,
aunque ahora pensándolo fríamente, me imagino el señor palomino debajo de las
ruedas de la furgoneta y se me ponen los pelos como escarpias.
Aplastamiento total.
JOSE PEDRO PORRAS.
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