06 marzo, 2013

NO ME LIBRO NI DANDO PENA





Momento furgoneta.

Esta tarde he acompañado a Toñi al dentista, pero como estaba bastante cansado y agobiado no me apetecía para nada estar en la consulta mientras la atendían.
Me quedé dormido casi nada más irse, cuando de repente alguien toca en el cristal de mi ventana.
Otro susto para el cuerpo
La de la hora, no me lo podía creer.

- señor: usted no puede estacionar aquí sin tiquet.
- mire es que estoy esperando a mi mujer y ahora mismo viene.
- me da lo mismo, pero tiene que echar lo mínimo que sí no le multo.
- pero no ve señora, que estoy impedido.
- pero de las piernas no, sí quiere le acompañó.
Sacando como puedo el monedero del bolsillo y dando más pena que lastima, intento sacar una moneda y claro está, no me sale.

- sí quiere le ayudo
( ayudo ayudo, esa palabra la conozco mucho) Ahí me veis impedido con esa chica sacándomela y cuando ya la tiene fuera, me dice que me falta una de 5 céntimos.

- no se preocupe señorita, que en la furgoneta tengo.

( Me acuerdo en esos momentos, del truco de la pata coja arrastrada, a ver sí así le entra más pena y me deja estacionar sin pagar), mientras arrastro la pierna y me sujeto con la otra la escayola, todo un cuadro verme. Pero nada, la señora fue capaz de esperar a que cerrara la furgoneta, y con la pierna arrastrada dirigirme al parquímetro. Cuando llego a él, me giro para ver sí sigue allí y efectivamente cumplió correctamente con su deber.
Que Dios la tenga un hueco preparado, que el infierno ya la espera.

                                            JOSE PEDRO PORRAS.


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