Esta mañana he estado haciendo con el niño sus tareas, con la grata satisfacción de ayudarle ya me es suficiente, pero el motivo de hoy ha sido más gratificante si cabe.
- Papa, hoy me ha dicho mi profe, que hagamos una narración del porque me pusisteis el nombre de Héctor.
- Pues bien, mi amor vamos a empezar.
- ¿ No será muy largo ?.
- Pero yo tengo tiempo, no te preocupes.
Cuando tú estabas dentro de la barriguita de mama, no sabíamos que nombre te íbamos a poner, y nos fuimos donde se busca todo, a la biblioteca del barrio, después de recorrernos muchos libros y mirar muchos nombres, no encontramos ninguno que nos llenara
- ¿ por qué no papa ?
- Pues Héctor, el nombre es una cosa muy importante, pues tienes que llevarlo toda la vida
- ¿ y con Alba, como fue ?
- Pues con ella no fue tan curioso como el tuyo, desde un primer momento sabíamos que se llamaría Alba, y ya está, pero el tuyo, no fue para nada preparado.
Bueno, como te iba diciendo, no encontramos por ningún sitio tu nombre, y nos fuimos los tres a casa un poco triste.
- ¡ Hombre, claro, habías perdido mi nombre !
- No Héctor, no es que lo hubiéramos perdido, es que todavía, no sabíamos el nombre que tendrías, de momento.
- ¿ y cómo fue ?
- Pues mira, esa misma noche cuando nos acostamos, Alba tuvo un sueño y cuando se despertó lo primero que nos dijo es que ya sabía el nombre que ibas a tener
- ¡ En un sueño !
- Pues sí, cariño, ella dijo que te llamarías Héctor.
Al principio no le hicimos mucho caso, pero ese nombre quedo gravado en la memoria, y después de todo el día trabajando, volvimos a casa y lo primero que hicimos fue encender el ordenador para ver lo que significaba ese nombre.
- ¿ y qué significa ?
- Pues te va como anillo al dedo, es un antiguo guerrero de Grecia, justito como tu
Después, me levante de la silla y con la mano buena le di un achuchón, fuerte, fuerte.
Otro motivo para ser feliz a su lado.
JOSE PEDRO PORRAS
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