- ¡ Pero pégalo en el papel ¡, le dije yo enfurecido mientras el niño se llevaba nuevamente el moquito a su boca.
No sabría como educar a este niño, pero pensando pensado, quien no se ha comido un moco en su vida, hay varias cuestiones que viendo a ni niño con esa cara de sorpresa se me ocurren.
Cuando estamos en su semáforo parados, miramos a nuestra derecha o izquierda y siempre hay una persona mayor que indiscriminadamente se introduce su moquito en su boquita, como diría mi madre cada guarro que guarde su mierda.
Tenemos multitud de momentos que introducimos sin querer nuestros deditos para liberar de mucosidades nuestras fosas nasales, y claro esta cuando no tenemos un papel al lado, ¡que hacemos con eso pegado en el dedo¡ , podemos pasearlo, buscando un sitio para depositarlo, pero de todas formas sino acaba en el papel siempre será una asquerosidad.
Podríamos hablar de los diferentes tipos de mocos, dependiendo de la zona donde vivamos, e incluso hacer un poema como el de las tetas.
POEMA DEL MOCO
Esta mi chiquillo con eso entre los dedos
Allí pegado, unido a su mano.
No por Dios, mi niño,
digo yo con cara de pena
y El guarrillo zas,
de un bocado se lo ha zampado
Mocos verdes
Mocos amarillos
Mocos con sustancia
Mocos de crianza
Mocos asquerosos
Mocos mentirosos
Mocos divertidos
Mocos atrevidos
Moco.
¿Dónde lo has metido?
Moco
¿ donde lo has pegado?
Moco de no fiar
Moco de flipar
Moco pegajoso
Moco, ¡ Papa ¡, Moco
Moco, que no me atrevo
Moco, vaya moco
Moco de aventura
Moco de amargura
Moco, que no me pillas
Moco, hasta las cejas
Moco, de veras
Moco, hasta muy buenas
Moco, me has perdido
Moco, me has tendido
Moco, ¿ Donde me has metido?
Moco, siempre moco.
Insecto inmundo entre sus manos
Perdido entre tanta naturaleza
encontrado entre la maleza
Arrancado y vilipendiado
Y después ¿ Que ¿.
Que pasa con el MOCO.
JOSE PEDRO.
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