Han pasado tantas cosas desde que no escribo,
que acumularlas todas en una poesía sería muy difícil, con este medio de expresión
( blog ), tengo la conciencia más abierta y a veces me supera la cantidad de
sentimientos de cosas que abarrotan mi cabeza de ideas para poder llevarlas a cabo y contárosla
como yo las siento. En cualquier cosa veo algo interesante para poder escribir
y asi jugar con la realidad y disfrutar
de las cosas que me rodean.
Pero ocurre un pequeño problema, el tiempo o
la falta de él, pues cuando resulta que cuando me puedo poner a escribir,
siempre vienen mis niños y claro esta primero están ellos, pero son sensaciones
encontradas, pues si tengo un puñado de historias en la cabeza y no las puedo
soltar cuando llego a casa, estas se me acumulan para otro dia y a mí mismo me
digo “- si no pasa nada, seguro que mañana puedes escribir a gusto “, pero ese
mañana no llega y las historias o se pierden o se me acumulan porque para mí
son importantes y no las quiero soltar.
Esto es lo que me ha pasado a fecha de hoy,
he recibido demasiados estímulos y mi cabeza se bloqueo, hasta el punto de no
sentir nada, es una sensación fría y desagradable la cual me lleva a perder
cualquier punto de vista, o mejor dicho de perder el Norte y hasta hoy a las 12
de la mañana no encontrarlo.
¿ Como lo encontré ?.
Pues después de atender a un cliente, una
brisa de aire fresco se coló en mi cabeza y el olor a otoño invadió mis
sentimientos, me encontré en un momento paseando por encima de esta grandiosa
alfombra de hojas que han dejado de recoger los barrenderos de Madrid y mi
cuerpo parecía como si flotara, fue muy breve, pero fue el instante en que
volví a recobrar la consciencia de mi mismo, desde entonces la mente se me
libero de tanta indigestión de pensamientos y sonreí.
A veces es tan difícil de tener un momento
para uno mismo.
JOSE PEDRO PORRAS, encontrando Su Norte.
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