15 octubre, 2012

APRENDIENDO A APRENDER

Cuando cumplí 14 años esperaba algún día tener una novia.

A los 16 tuve una novia, pero no había pasión.

Entonces decidí que necesitaba una mujer apasionada, con ganas de vivir.

En la Universidad salí con una mujer apasionada, pero era demasiado
emocional. Todo era terrible, era la reina de los dramas, lloraba todo
el tiempo, amenazaba con suicidarse. Entonces decidí que necesitaba
una mujer estable.

Cuando tuve 25 años encontré una mujer muy estable, pero aburrida. Era
totalmente predecible y nunca la excitaba nada. La vida se hizo tan
plomiza que decidí que necesitaba una mujer más emocionante.

A los 28 encontré una mujer excitante, pero no pude seguir su ritmo.
Iba de un lado a otro sin detenerse en nada. Hacia cosas impetuosas y
coqueteaba con cualquiera que se le cruzara. Me hizo tan miserable
como feliz. De entrada fue divertido y energizan te, pero sin futuro.
Entonces decidí buscar una mujer con alguna ambición.

Cuando llegue a los 31, encontré una chica inteligente, ambiciosa y
con los pies sobre la tierra. Decidí casarme. Era tan ambiciosa que me
pidió el divorcio y se quedó con todo lo que yo tenía.

Ahora, a los 50, me gustan las mujeres con tetas grandes y punto.

Por fin maduré!!"


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