Y un jamón.
- Voy a comprar un jamón, ( le decía a mi
madre por teléfono), con lo mal que lo estamos pasando con el dichoso régimen.
- Tu tranquilo José, que te voy a hacer una
perola de chorizos, que te va a venir fenomenal
- Va a pensar la Toñi que lo haces a posta.
- Que no, José que hacía tiempo que me los habías
pedido.
- Hombre, pues me vienen fenomenal, para hacer
guisitos y sobre todo Alba, que abre la nevera y ella solita se los mete en el
microondas.
- Lo que hace el hambre
- Tu no lo sabes. El otro día nos dio solo
dos filetitos de Sajonia para cenar con un poquito de ensalada.
- ¿ Solo ?
- Y los niños están pasando un hambre.
- No me extraña.
- Menos mal que tenemos el jamón, no veas el
tute que le estamos pegando desde que Toñi nos ha puesto a régimen.
- Ten paciencia.
- Y hambre, mama, y hambre.
Después de esta conversación tuve la suerte
de poder quedar a comer con Toñi.
- Toñi, que voy a casa y comemos juntos.
- No hay gran cosa para comer.
- Si quieres compro unos entrecots en el Bio
Carnes.
- Y asi guardo el régimen, vale.
Al rato se me encendió la bombillita y lo
mismo que me iban a costar los entrecots me podía dar el gusto de comer unos
callitos en un bar baratito que hay en el barrio y así indiscriminadamente no
cumplir con el régimen de la Toñi, vuelvo a llamarla y le digo que había mucha
gente en la carnicería, que si no le importaría ir a susodicho bar y tomamos
algo.
- Pero siempre dentro del régimen.
- Claro, mi amor, claro.
- Bueno, pesado, te espero donde siempre.
Ahí íbamos los dos, camino del bar ese donde
ponen esos callitos tan buenos.
- Oye Toñi, si en vez de régimen nos comemos
unos callitos.
- También tienen oreja
- ( Anda, que lista ), ¿ y el régimen ?
- Solo esta vez y por la noche me vuelvo a
poner.
- No te preocupes que no se lo voy a contar a
nadie.
Asi que nos pedimos unos callitos, unas
bravas y un par de vinos, que nos sentaron fenomenal, saltándonos el régimen a
la torera.
- ¿ Sabes una cosa, mi amor ?
- Me apetecería algo dulce.
- Pues como no, cariño, nos acercamos al Dia
y nos compramos algo
Después de dar una vuelta por el Dia y pensar
de que manera seguir con aquel festín, al final se decantó por unos deliciosos
donuts bañados en chocolate que nos comimos tranquilamente en el banco del
parque, mientras esperábamos que saliera nuestro niño.
Muy graciosa nuestra Toñi, un beso.
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