16 enero, 2014

LANZANDO PAN A LOS PATOS





  Por la mañana temprano, tuvimos Toñi y yo la suerte de encontrarnos con una caja llena de pan.
- ¡ Mira, Toñi, una caja llena de pan !.
- Tú y tus cosas.
- que si cariño, que nos vale.
- ¿ Para qué nos va a valer ?.
- Pues, para que va a ser, para dársela de comer a los patos.
-  ¡ Que no !, que yo no me pongo a recoger pan de la calle.
  Decidido con mi acción, me dirijo a la parte de atrás de la furgoneta y con la bolsa gigante del Carrefour, me pongo a coger el pan.
-      Tu estás loco.
-      Díselo a tu niño, cuando se ponga a tirar pan a los patos.
  Al final Toñi, se puso a ayudarme y todo, ( lo que vale mi niña ) y después con una sonrisa nos fuimos juntos a tomar café.

  Por fin llegó la tarde de los patos.
  Llevaba más de cuatro días con la bolsa del pan en la parte de atrás de la furgoneta y con más ganas de compartir este momento con todos, que no veía el rato de terminar un poco antes de trabajar e irnos los cuatro a tirar pan a los patos.
  Un frio tremendo, pero una ilusión en la cara de mis niños, con la misma ilusión que después se contagió Toñi.
  Seis barras de pan tuvieron la culpa de aquel momento, nos asomamos al puente y los patos que son muy ladinos ya sabían que traíamos su sustento.
  Después, venga a lanzar trozos de pan por todos los sitios, hasta una bandada de gorriones invadieron la pasarela del puente, no sé si habrían más de 30 o 40 patos, mientras mi niño todo nervioso por la vereda al lado de los patitos.
  Durante el rato que duro ese momento pude ver a una familia unida por una ilusión, por un no sé qué…, el cual guardaré en un cachito de mi corazón.
  Gracias a todos.

JOSE PEDRO PORRAS.  ( Que fácil es ser feliz ¿ Verdad ? )



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