Pequeña anécdota:
Esta mañana como siempre Héctor se estaba haciendo el remolón y no avanzaba en sus tareas diarias.
Resulta que los niños y yo hemos hecho un semillero para luego plantar en la huerta, con la graciosa ocurrencia por parte mía en echar todas las semillas, al principio todo iba muy bien, pero después de dos semanas nos hemos visto inundado de pequeñas plantitas que salen todas juntas a mogollón.
Hemos traído unos tiestos muy pequeños que guardaba yo de la anterior cosecha para entresacar esa multitud de plantitas y por lo menos que los niños vean algo ( acabare comprándolas como siempre ).
Pues bien, como os iba contando para incitar a Héctor a darse más prisa le he dicho que si corría y no se hacia el remolón, podíamos hacerlo hoy en los cuencos. Hasta ahí todo bien.
Pues de repente escucho unos ruidos en el servicio del niño arrastrando algo.
- Héctor, estate quieto que es muy temprano.
- Ya esta papa, ya esta, ven corre.
Me acerco como quien no quiere la cosa al servicio y me veo en medio de el un terrible mojón en su orinal.
- ¿ Pero Héctor que has hecho ?
- Lo que tú me dijiste.
- ¡ Como que lo que yo te dije !!
- Echándola en el cuenco
- El abono, Héctor, no la caquita. Yo creo que te has adelantado.
- Papa pero tu dijiste.
- No, Héctor, no era una semana antes. La doctora nos dijo que fuéramos recogiendo muestras de tus caquitas una semana antes, pero no 20 días,
- Si, papa, pero tu dijiste lo del cuenco.
De la risa ya no le pude regañar mas, y después de mirar su sonrisa picara y sincera, volviendo a mirar una y otra vez ESO, no pude por menos que con mi mano izquierda deshacerme de ello, no sin antes hacer una foto, para enseñársela a Toñi y que también se ría.
JOSE PEDRO PORRAS a 26 de febrero de 2013
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