El país de los colores era un país muy divertido. Todos se gastaban bromas continuamente. Un día el azul le dijo al amarillo:
- Hola, ¿ No te encuentras bien?
- ¿ Por qué lo dices? Le pregunto el amarillo
- Porque pones mala cara, estás muy amarillo.
Y los dos se echaron a reír. Entonces el amarillo le dijo al azul:
- Y tú, pobrecito, ¿te has dado un golpe?
- ¿Por qué lo dices?. Pregunto el otro muy extrañado.
- Porque te ha salido una buena moradura. Dijo el amarillo retorciéndose de risa.
En ese momento vieron que pasaba por allí el rojo y los dos corrieron a gastarle una broma:
- ¿Tienes vergüenza?. Le preguntaron
- Yo no, ¿Por qué?. Dijo él, inocente.
- Porque te has puesto colorado. Y los tres estallaron en una risa.
Un día el rojo y el amarillo, que se querían mucho, decidieron tener un hijo.
El rojo pensaba: “Mi hijito será rojo como yo”.
Y el amarillo pensaba “Mi hijo saldrá amarillo como yo”.
Pero el día del nacimiento comprobaron con sorpresa que el niño, pequeñito, pequeñito, les había salido de un color nuevo: de color naranja.
Los dos se quedaron muy extrañados, pero como parecía que el niño tenía muy buena salud, se pusieron muy contentos y dieron una fiesta para celebrarlo y allí, en la fiesta el azul y el amarillo se hicieron muy amigos. Y acabaron por tener una hijita, que les salió de otro color nuevo: de color verde.
El rojo y el azul también se animaron y tuvieron gemelos, que les salieron de color lila.
Más tarde el verde y el rojo tuvieron un crío marrón.
Los pequeños iban creciendo, unos se enamoraban de los otros y cada vez nacían nuevos colores, cada nacimiento era una nueva sorpresa, una nueva variedad que hacían más y más bonito aquel país de colores.
Hasta que, finalmente, cada uno se enamoró de todos los demás y se unieron todos en un solo abrazo tan fuerte que, aunque parezca mentira, de esta unión salió el color más claro y más luminoso: el color blanco.
Enric Larreula.
Este cuento lo he encontrado en la biblioteca y me ha parecido muy intesante, como nos enseñan, desde pequeños, que estamos en un país echos de mezclas y lo bonito que es. Un abrazo.
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