De la manera más tonta empezó las Navidades.
Ganas no tengo, dada la situación que vivimos
familiarmente, pero en fin como dice Toñi solo será un tiempo y luego todo volverá
a su sitio.
Como me suelo mover por impulsos, esta situación no me deja en paz la cabeza y
se cerró la inspiración y me resulta muy
difícil escribir, tan siquiera concentrarme en mis historias de siempre.
En este mal rollo, los villancicos de siempre
no salen, aunque afortunadamente el paso del tiempo me deja atrás las heridas
aunque seguro vuelva a sangrar y una pequeña historia me hizo despertar de mi
aturdimiento para empezar a disfrutar de las Navidades.
Lleve a Héctor al taekwondo y me volví a
encontrar con la niña con la cual estuve jugando la última vez, como sus padres
pasaban de ella, pues “ Es una pesada “, yo disfrute nuevamente de su compañía y
se nos pasó el tiempo en un periquete.
Decidimos acompañar a esta familia a su casa,
pues afuera afortunadamente por fin estaba lloviendo ( y mi huerta de invierno,
se iba a regar ), y nos montamos todos en la furgoneta.
Allí íbamos Toñi, Héctor, Raquel, Quevin y la
pesada de Nadia, todos apelotonados dentro de la furgo, cuando Toñi muy
campechana ella dice:
- ¿ Por qué no cantamos algo ?.
- ¡ Pero Toñi que estamos al ladito ! ( pensando en el terrible dolor de cabeza que me
podría producir esa situación ).
- ¡ No pasa nada Pedro, yo me sé un
villancico !, ( dice el encanto de Nadia ).
- ¡ Qué no Nadia, que ya estamos llegando !.
Pero como salido de una estampa Navideña, ahí
estaba Nadia cantando Su Villancico ( pero mira como beben los peces en el rio
), recordándome lo bonito que es la Navidad y lo sencillo que es, meterse en el
corazón de las personas.
Esa vocecita de 4 años, hizo mella en mi
dormido corazón el cual poco a poco va volviendo a latir.
Gracias Nadia y feliz Navidad.
JOSE PEDRO PORRAS.
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