No he podido escribir durante este tiempo que he estado sin vosotros, pues he estado disfrutando de lo que me ha dado la vida, y esta mujer tan maravillosa que me acompaña, he disfrutado de mis hijos.
Como los días festivos pillaban en medio, o me iba, o trabajaba un día si otro no, un lio la verdad, y como de pobre no voy a salir nunca, decidí irme a la playa con mis niños, dejando a Toñi currando, nunca nos habíamos separado tanto tiempo y fue duro estar sin ella, y muy largo la verdad, pero fue muy bonito el volvernos a encontrar después de 6 días sin vernos, todo un espectáculo de emociones y sensaciones que me ayudan a pasar el día a día.
Como siempre lo que más me ha llenado ha sido la convivencia con mis niños, se aprende un montón de cosas, pero si estás dispuesto a reírte y a disfrutar como un niño, no es nada pesado estar a su lado, y mucha gente debería aprender a estar junto a sus hijos.
Lo primero que hice era ser uno más, no ese padre responsable que siempre soy, comer con las manos, no tener prisa por acostarte, hablar mucho con ellos de todo lo que veíamos, dejadles correr por la playa, dejarles gritar, saludar al mar, al viento, sentir que no pasa el tiempo, y cuando te duela la tripa de hambre volver a casa, comer lo que te apetezca,( para eso tienen un papa que sabe cocinar), ver la tele mientras que comes, mientras que reposas, y cuando has terminado de ver la peli, salir otra vez a gritar, a pasear, a ver los estorninos volar, saber a qué hora se acuestan, a qué hora se levantan, ver amanecer, ver como el sol se pone, y sentir el frio de cuando no está, reírte y un montón, esconder un tesoro de conchas, y volver al lugar señalado sobre nuestras huellas, saltar de roca en roca, cansarnos de montar en patinete y en patines, dar de comer a los pobres patos los cuales estaban hambrientos con el pan que teníamos para el desayuno, y lo más importante.
SER FELIZ.
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