28 octubre, 2015

ALMA ENSAGRENTADA




Gotas negras después de amarte.
Como lisonjas de estrellas fugaces
Que revolotean en nuestra cama.
Amaneceres violentos sin alma.

Respiración entrecortada faltándome el oxígeno
Me doy la vuelta y tú no estás
Vacío tenebroso, lleno de silencio amargó.
Chirría mi consciencia, grito hasta hacerme daño.

Quisiera rasgar el cielo, cortarlo con un cuchillo largo.
Cual pescado que dejó de navegar entre las saladas nubes.
Espinas negras que se me clavan en el corazón maldiciéndote
Arrebatándome la vida y las ganas de soñar.

-¿Porque te fuiste?, gritó a la luna plateada.
Ella calla, cual vieja sorda de tantos gritos.
Mas mis lamentos se quedan hundidos en mi cama
Y mi mano agarra a las sabanas desgastadas.

¡Silencio!, que mi corazón está muriendo.
¡Calla!, que mi cuerpo se desangra.
Mi Alma dañada se la llevó el diablo.
Agarrado a sus crines negras encabritadas.

Esta tan fría esta noche.
Larga noche sin calma.
Muero por ti esperando
¡Calla!, que mi alma sangra.

José Pedro Porras Cano.



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