CUESTION DE MANDOS
http://www.abc.es/local-aragon/20130424/abci-anciano-mata-otro-residencia-201304240926.html
El abuelo había decidido irse de una puñetera vez, estaba cansado de aguantar a la mujer de su hijo y ya no podía más.
Hizo su maleta y se fue al asilo con vistas al mar que él solito había elegido. Ya no tendría que soportar más sus gritos y a los mal educados de sus hijos corriendo todo el día por la casa y tendría el gusto de vivir en paz, como él se merecía. Para eso había trabajado ...durante tantos años.
A Pedro su hijo, no le hizo ni pizca de gracia, pues gracias a su pensioncilla, estaba consiguiendo tapar muchos agujeros. Eso más que una familia, parecía un queso gruyere, de la multitud de problemas que tenían.
- pues que trabajen más. ( le había dicho un buen día ).
Y casi sale con la maleta por la puerta. Después me tuvieron 5 días a régimen y sin televisión. No se lo perdonare jamás.
Pero por fin llegó mi momento, estás Hijas de la Caridad, hacían muy bien en acogerme y aunque se quedaran con mi piso parte de mi pensión. Estaba como en casa.
¡ Estaba como en casa !.
O eso me creía.
Pero ahí estaba Él, con esa cara de perro amargado, con la dentadura casi fuera de su boca y esa saliva a puntito de caer, cada vez que se duerme delante de Su televisión.
Al principio le pedí el mando, pero como no se entera, pues está casi sordo, al despertarse bruscamente, casi me rompe la cabeza con el mando.
Menos mal que le sujetaron las monjitas, que sí no, no lo cuento.
Tres puntos de sutura llevó tal encuentro y eso que me sujetaron pues son más de 30 años
Hizo su maleta y se fue al asilo con vistas al mar que él solito había elegido. Ya no tendría que soportar más sus gritos y a los mal educados de sus hijos corriendo todo el día por la casa y tendría el gusto de vivir en paz, como él se merecía. Para eso había trabajado ...durante tantos años.
A Pedro su hijo, no le hizo ni pizca de gracia, pues gracias a su pensioncilla, estaba consiguiendo tapar muchos agujeros. Eso más que una familia, parecía un queso gruyere, de la multitud de problemas que tenían.
- pues que trabajen más. ( le había dicho un buen día ).
Y casi sale con la maleta por la puerta. Después me tuvieron 5 días a régimen y sin televisión. No se lo perdonare jamás.
Pero por fin llegó mi momento, estás Hijas de la Caridad, hacían muy bien en acogerme y aunque se quedaran con mi piso parte de mi pensión. Estaba como en casa.
¡ Estaba como en casa !.
O eso me creía.
Pero ahí estaba Él, con esa cara de perro amargado, con la dentadura casi fuera de su boca y esa saliva a puntito de caer, cada vez que se duerme delante de Su televisión.
Al principio le pedí el mando, pero como no se entera, pues está casi sordo, al despertarse bruscamente, casi me rompe la cabeza con el mando.
Menos mal que le sujetaron las monjitas, que sí no, no lo cuento.
Tres puntos de sutura llevó tal encuentro y eso que me sujetaron pues son más de 30 años
Lo que nos separan, que sí no de un garrotazo lo dejo quieto al momento. Las monjas me sujetaron pero, vosotros tranquilos que a los perros los atan con longaniza.
2.
Llegó el gran día y otra vez la televisión estaba en la vuelta ciclista con lo interesante que deje a mi Terelu Campos.
Esta vez iba preparado, despacio me acerque a Él con mi garrota del pueblo en la mano. D...dormía como siempre y sabía de antemano que me iba a ser fácil terminar con este y acabar con el mando donde debería de estar. Aquí, en mi mano. Le desperté suavemente el me miró con esa cara de odio. Lo podía ver en su mirada el mando no iba a ser mío. Para eso se lo tenía que arrancar. Subió la mano para lanzarme el mando a la cabeza.
Pero he aquí, amigo, que yo iba preparado y bien preparado. Como cuando cuidaba el ganado en el pueblo, subí la garrota y zas, le aseste tal golpe en la cabeza que cayó Él y el mando al suelo.
Luego con mi triunfo en la mano, pude ver a mi Terelu Campos, mientras las monjitas corrían de un lado para otro, como nerviosas
- ¡ Pero sabe usted lo que ha hecho !, me preguntaban una y otra vez.
Al final me desenchufaron la televisión y me llevaron castigado a este cuarto, donde por lo menos me dejan en paz. Pero no saben lo mejor, aún guardo el triunfo en el bolsillo de mi chaqueta. Esta misma noche me escapo y pongo tele5. Que echan una película fenomenal
JOSE PEDRO PORRAS
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