27 septiembre, 2012

HECTOR Y LA SERPIENTE

  Este fin de semana estábamos tranquilamente en el chalet cuando de repente dijo Toñi:
- Una culebra
Todos nos levantamos como un spunting de la mesa y allí estaba, intentando sobrevivir.
-      Rápido coge un bote y la llevamos a clase.
Toñi se dirigió lo más rápidamente posible a la cocina mientras Héctor y yo seguíamos a tenebrosa serpiente con la linterna del móvil, para que no se escapara.
En un santiamén llego Toñi con el bote y entre el niño y yo metimos como pudimos a la susodicha en el tarrito de cristal, por fin teníamos nuestra serpiente.
  Llego el lunes y sin dudarlo un momento llevo a su serpiente a la clase de David su profe para que todos sus compañeros la vieran, después de un día muy ajetreado llego sana y salva a casa, hasta ahí todo bien pero….
  Pensando, pensando, decidimos cambiar a la serpiente de bote y dicho y hecho vaciamos una garrafa de 6,5 litros de agua, para allí construir su terrario. La pobre bicha estaba más arrugada que una pasa y despacito, despacito, fuimos volcando el contenido en la garrafa, cuando llegando el momento de meterse por el agujero, revive de las profundidades del infierno y se pone tiesa como un palo, intentando escapar, cuando en un momento de ( ¡ Ahora que hacemos ¡), el Héctor ya había decidido por su cuenta, agarro a la serpiente por la cabeza ( Después me entere que había visto en una serie que agarrándola por la cabeza no pasaba nada) y la serpiente se dio la vuelta, con tal mala pata que zas, le mordió el dedo.
-      ¡ Papa, papa, me ha mordido!
-      Suéltala, pero suéltala de una vez( todavía no la había soltado no vaya a ser que se le escapara)
  La serpiente cayó al suelo y de un pisotón acabo su vida con nosotros, pero ahora quedaba el niño, ¿ Pero qué hago?, me quede frio, agarrotado y encima el niño sin llorar, simplemente había abandonado la cocina y decía que el ahí no entraba, yo como no se pensar con el estomago vacio y ya eran las 3 de la tarde pegue un par de tajos al jamón y mientras disfrutaba de su sabor, caí en la cuenta de que a lo mejor era venenosa ( no como había dicho mi vecino ) y debía de llevarle inmediatamente al médico.
  Ahí estaba yo aparcado en la puerta del ambulatorio cuando me asalto otra duda:
  Uno de los padres que había visto la serpiente me dijo que no se podia capturar pues estaba penalizado con multas de más de 6000 euros y aun amigo suyo le había caído una multa por lo mismo que había hecho yo.
  Como no sabía qué hacer llame a mi vecina del chalet, para preguntarle si era venenosa, ella no paraba de reírse una y otra vez
-      ¡ que al niño le ha mordido una serpiente!, ja, ja, ja, cuéntamelo otra vez, que no me lo paso a creer.
-      Que si Pili, que si, ( a mi me dio también por reírme, aunque aun no sabía si la situación era grave o no ) aunque ya llevábamos más de 20 minutos desde que sucedió el hecho, y otra vez con lo mismo venga a reírnos,
-      Tienes que contarles que la has encontrado en el parque
-      Pero Pili ¿ La gente tira serpientes en el parque ¿
-      Pero algo tienes que contar no sea que te multen realmente.
La tranquilidad, se adueño de mi cabeza y después de otras risas, salimos pitando para la consulta.
-      A ver que le ha pasado al niño
-      Que le ha mordido una serpiente
-      ¿ Que le ha mordido que ¿
-      Una serpiente, mire aquí la traigo
-      Quite, quite, eso de ahí que me da mucho asco y ahora mismo llamo a su pediatra a ver qué hacemos
Empezó a venir gente una, dos, tres, hasta 7 médicos estaban alrededor de nosotros y Héctor y yo mas asustados cada vez, menos mal que el destino puso una muchacha en el camino que su novio era biólogo y le mando una foto por el móvil para ver de qué serpiente estábamos hablando.
  Pasamos con su pediatra a la sala de curas y desde allí hizo una llamada a la zona de epidemiologia de Madrid, donde dando las características de la serpiente le dijo que no nos preocupáramos y nos dio unas pautas a seguir, seguidas también de un rosario de medicinas, para curarse ellos en salud.
  En ese momento paso la del móvil, diciendo que no nos preocupáramos que era una serpiente común de escalera y no era venenosa,.
-      Muchas gracias señorita, y muchas gracia también a su novio.
  La pesadez de estomago se evaporo y ni Héctor ni yo hicimos mucho caso a la pediatra la cual asustada nos empezaba a dar la charla.
-      Mire señor, le mando todas estas medicinas y si ve algún síntoma raro en el niño, le trae mañana.
-      Mire doctora, si dentro de un rato veo cualquier cambio en mi niño, le llevo corriendo al Hospital para ver que hacemos.
-      La verdad es que si y la próxima vez tenga cuidado.
-      Lo tendremos, sin duda, ¿ Verdad Héctor ¿, y de las medicinas que hacemos se las damos o no.
-      Espérense a ver cómo evoluciona el niño y téngalas a mano.
-      Muchísimas gracias por atendernos, doctora.
-      Muchas gracias Ana.
-      Cuídate Héctor

Llegamos a casa, pensando la charla que nos iba a caer encima, pero nuevamente Toñi nos sorprendió, dándonos a todos un fuerte beso y gracias porque solo fuera un susto

                                                             26 de septiembre de 2012





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