19 agosto, 2014

Jesús que pena

Siempre nos atrae lo mas grande, lo mas bello, lo mas lujoso y ornamentado posible. La vida esta llena de cosas sencillas a la par de bellas, tan sólo debemos de ver de otra manera, sin prisa.
Parándonos en cada detalle de las cosas, con tiempo para descubrir la belleza que esconde y saborearla.
Acaso una gota de nuestra sangre se puede llegar a comparar con el cosmos entero.
Bello, sublime, pausado.

Estas vacaciones me he acercado a sitios relacionados con la religión cristiana y me da pena lo lejos que se hayan de Dios.
Esos mamotrecos de construcciones dedicados a la persona mas humilde que supuestamente dio su vida por nosotros, penoso.
Si me paro a pensar en Jesús, hasta me pongo a llorar, al ver con sus ojos, en que imperio se han convertido sus enseñanzas, como gracias a El, millones de personas se engrandecen, mientras otras se vuelven mas miserables.
¡ No !, no se encuentra a Jesús en sus iglesias.
Huyó de estas bestialidades y se encuentra de nuevo en la calle, junto a una farola, al lado del necesitado, acompañando a quien no puede dormir, junto a los enfermos, los pordioseros y las putas, al lado de las personas que día a día se levantan para intentar dar de comer a sus hijos.
Para nada se hallan en esos templos, llenos de mentiras y dedicados a sacar al turista, los euros.
Una desgracia que se mezcle arte con usura y se llenen las arcas de estos religiosos de Dios.
Si Jesus los viera se avergonzaría de todos ellos.
Vergüenza.

José Pedro Porras.

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