Desgraciadamente tengo en mi barrio una casa de juegos, donde padres de familias con sus hijos esperan el resultado de sus apuestas, estos desgraciados que ya lo han perdido todo, con este comportamiento degradan hasta el desarrollo adecuado de sus hijos los cuales pululan de mano en mano como ser que no importa, son ellos mismos, nuestro querido estado el que deja rienda suelta a que cualquier desgraciado apueste sus últimos euros en estas desdichadas casas de juegos autorizadas.
Como me gustaría pegarle una patada en toda la boca y mandarle de patitas a su casa con sus niños para que sus euros no pierdan jugando y puedan comer caliente.
Y encima legal.
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