07 mayo, 2012

UN POQUITO DE SENSIBILIDAD

  Nos quedamos extrañados cuando alguien a nuestro alrededor muestra un poquito de sensibilidad pero aún más cuando nuestro propio hijo nos da una lección de ello.
Esto pasó este domingo cuando después de una fuerte tromba de agua uno de los nidos que están en nuestro tejado no aguanto el chaparrón y dos de sus huevos cayeron al suelo,  con tan mala fortuna que mi niño de casi 6 años, se los encontraran espachurrados.
Dentro de los huevos estaban dos polluelos a punto de salir,  con su cuerpecito formado y como decía mi niño sí tiene hasta en pico roto.
Mi niño lo acunaba lo daba calor a ver sí revivía pero poco a poco se fue dando cuenta que aquello no tenía solución, nunca había escuchado un llanto tan amargo de mi niño y aunque por dentro me parecía una chorrada,  me senté al lado suyo para  ver si conseguía calmarlo, mis intentos fueron vanos y su llanto de desconsuelo se me agarró al corazón, se me ocurrió la idea que podía enterrarlo y al principio me hizo caso, se recorrió todo el chalet buscando un sitio para poder él solito enterrarlo pero después de mucho rato volvió con el polluelo en sus manitas diciendo que no podía hacerlo.
  Le dejamos solo mientras comíamos, el subió después de un buen rato, aunque no comio mucho.
No sé qué pasó por su cabeza cuando al final decidió meterlo dentro de un taper para que lo vieran los niños de su clase.
Está mañana se lo ha llevado y yo me llevo preguntando ? habrá aceptado la muerte del pollito ?.

La sensibilidad de mi niño me demuestra lo lejos que estamos se volver a sentir como ellos, como esta sociedad donde todo vale nos vuelve insensibles y cualquier acto de violencia ya no nos produce nada pues sencillamente ya lo vimos en televisión y estamos vacunados para no sufrir  ¿ o para no sentir ?.

                                            JOSE PEDRO.









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