10 abril, 2012

REPARTIENDO ARROGANCIA

Esto es una historia verdadera, Basada en un echo real, cuando me dejaron entrar a una iglesia, que no voy a decir cuál y como me sentí viendo a le gente acurrucada en fila contra la pared esperando y el señor Emilio (claro esta nombre ficticio), con su cabeza bien alta, creyéndose delante de todos y ante mis ojos atónitos mejor que nadie.
Me entraron ganas de preguntar como sabían si los que recogían las bolsas de comida eran verdaderos pobres, o como median la pobreza entre la gente.
Desgraciadamente a muchas personas  les hará falta la bolsa de comida y otros sinvergüenzas se aprovecharan ante la situación, pero nadie es más que nadie ante los ojos de Dios, sea de la religión que sea.



Ahí viene el señor Emilio
Con la cabeza bien alta
Siempre atento y cordial
Repartiendo Dios y gracias

Está mayor el señor
Ya no está para chanzas
Desde que empezó la crisis
Está que no para

Menos mal que está jubilado
Menos mal que tiene calma
Qué bueno es el señor Emilio
Es bueno hasta decir basta

Viene todos los Lunes
Y los Miércoles del alma
Reparte su corazón
Y esta bolsa que nos calma,

La triste hambre que paso
Desde que no me contratan
Qué bueno el señor Emilio
Es bueno hasta decir basta

Llego siempre a las cuatro
Pues hay menos chanzas
Seguro que así me toca
El numerito del alma

Qué bueno el señor Emilio
Es bueno hasta decir basta
Repartiendo esa comida
Que llega sin trabajar a casa.

Allí todos contra la pared
Quitecitos a ver si no pasa
Si no pasa lo de la otra vez
Y nos quedamos sin nada.

Qué bueno el señor Emilio
Entra tan altivo por Su casa.
O será la casa de Dios
Esta que reparte la calma.

La calma del corazón
Y después el hambre
Nunca jamás olvidada.
Qué bueno el señor Emilio ....

Estará más cerca de Dios.
Será tan alta su Casa.
El siempre mira al pelo
! Será porque tengo caspa !

Qué bueno el señor Emilio
Qué bien a todos nos trata.
Sobre todo a las muchachas
Siempre el,  con esas chanzas.

El otro día me dijo que no había leche
Para mi Raulito del alma
Y llorando en el banco
Otra más guapa la sacaba.

Qué bueno el señor Emilio
Es bueno hasta decir basta.
Estará más cerca de Dios
El nunca hambre pasa.

Mientras espero mi cola
Aquí calladita como Estatuas.
No vaya a ser que me echen
Y  hoy,  no me den nada.

Mientras pasa el Señor Emilio.
Siempre con la cabeza bien alta.
Poniendo orden en la cola.
! A ver qué coño pasa !

JOSE PEDRO.

Basada en una historia real.


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