09 septiembre, 2015

OCEANO PERDIDO





Ingrávidos tus pechos desnudos se adentraban en las profundidades del Océano.
Mientras un frío intenso se apoderaba de tu alma.
Dibuja una tenue sonrisa macabra que me lleva a amarte un poco más.
Me abrazo a la nada, para ver si dentro te halló y descubro en el silencio una danza macabra.

- ¡Sedúceme! Imploró.

Más la oscuridad carente de toda armonía, me devuelve de nuevo al maldito Océano, donde una y otra vez grito tu nombre hasta quedarme sin voz, sin aliento.

En la comisura de la locura dibujo el último de mis besos, mientras mis pies desnudos y sin escamas se hunden en la arena mojada.

Quedé transformado en una triste medusa que se mueve sin prisas y con calma.

De tanto buscarte.
De tanto añorarte.

Se me olvidó lo que quería encontrar y amaba

Ahora espero en la tranquilidad del inmenso Océano, viendo la  transparente cara de la Luna salir cada noche esperando ser abrazada, intenso golpes de amor que me deshacen por dentro, dejándome como tierra olvidada, tirada en la playa.

¡Que necio fue querer amarte!
¡Más cruel el querer perderte!

Melancólicas las olas, me llevan a saborear tu recuerdo, cuando te enredabas entre mis tentáculos  cual araña que saborea a una incauta mosca antes de comérsela.

Me encuentro tendido y Sólo en la playa.
 Alimentado de silencios y muerte.

Las gaviotas carroñeras, picotean incesantes mi carne putrefacta, saboreando conmigo el último de tus recuerdos.


José Pedro Porras.

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