Estábamos cenando en él la terraza del chalet, con vistas estupendas a la montaña cuando de repente Alba, se sobresalto y mirando al cielo con la boca abierta, dijo mirad.
De la oscuridad de la montaña, salía un resplandor y después de este resplandor dos luces perpendiculares despegaban juntas, cruzando a velocidad crucero todo el cielo manteniéndose siempre a la misma velocidad y tan cerca que no se podía confundir con dos helicópteros o con dos alas deltas, pues era bastante de noche y no se podia volar ni tan paralelamente ni a igual velocidad, después salió del mismo sitio otra luz de las mismas características que siguió a estas dos.
- ¡ Papa ¡!, ¿ Eso que es ?.
- No lo sé cariño, no tengo explicación.
- A lo mejor es un ovni.
- Todo puede ser, pero no me gustaría hacer ninguna conjetura a este acontecimiento.
- Mejor lo hablamos luego ( Dijo Toñi )
Tan claro lo vi, la sinrazón para poder explicar lo que claramente habíamos visto los cuatro, que guarde silencio y quitamos importancia al asunto, aunque después en la intimidad conyugal, los dos llegamos a la misma conclusión.
Habíamos visto un Ovni.
Era imposible que otro motivo describiera lo que habíamos visto.
Nos tienen tan preparado para cualquier acontecimiento que se salga de nuestra “Razón”, que todo cabe y claro está nada puede romper la parsimonia del hormiguero, pues no vaya a ser que se caigan uno a uno los alfileres que nos sujetan a Su realidad.
Si este acontecimiento que hemos vivido los cuatro, modificara de alguna manera la forma de ver a nuestro alrededor bendito sea.
JOSE PEDRO PORRAS
Hola, Pedro, soy Carla, a ver si publicas algo nuevo, que cada vez que entro no hay ninguna anécdota nueva, que son las que más me gustan.
ResponderEliminarEspero que estés muy bien. Un abrazo para Alba, Toñi, Héctor y para ti.