En estos andares por los Madriles, suceden cosas de lo más variopintas.
Sucede que una señora le estaba contando a otra que su hermana la pobre la iban a embargar ya, llevaban tiempo advirtiéndoselo desde el banco y para el día 15 tenían que abandonar su piso, también se iban a quedar con su local.
- Anda la pobre, desde que el marido se metió en eso del ladrillo, no lo están pasando mal.
- Y tú qué haces, Sofía. ( le pregunta la dependienta )
- Llevo tiempo pasándolo mal, pero ya me voy haciendo a la idea.
- Como que a la idea.
- Si mira, Juani, me voy a ir a un viaje a Méjico, no creo que me lo vaya a pasar nada bien, recordando a la pobre de mi hermana, sin piso y sin nada, menos mal que mis padres tienen una casa grande, sino los pobres no tendrían ni sitio.
- Y encima le queda la deuda.
- Si encima eso, le queda la deuda, no solo a ellos, sino también a sus hijos.
OPINION: Desgraciadamente, esta situación de indiferencia pasa, en este país llamado España, el dicho que mientras no me toque a mí, y eso que es su hermana, vosotros imaginaros que fuera un vecino o un amigo, el que se quedara sin nada, sería el mismo comentario pero con recochineo. UNA PENA LA VERDAD.
JOSE PEDRO.
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