01 febrero, 2014

CORAZONES ROTOS



  Lopez el gato.
  Lopez el gato vagabundeaba por la ciudad como todas las mañanas, cuando torciendo una esquina se dio cuenta de que una pareja discutía.
  Otra pareja de humanos enfadados, últimamente si te fijabas bien, ocurría más a menudo de lo que cabía suponer. Estos humanos nunca están a gusto.
-      ¡ Linda !, ( llamaba, Lopez a su amiga gatita )
-      Hombre Lopez,  otra vez por aquí.
-      Ya ves, ¿ y tu ?
-      Viendo como se parten el corazón los humanos
-      Otra discusión mas ( mientras pasaba su rabito por la cara de Linda ).
-      ¿ Qué les pasará últimamente a estos que no paran de reñir ?.
-      Pues no lo sé, si quieres vamos a hablar con El Gran gato, a ver si sabe algo.
-      No tengo nada que hacer, vámonos pues.
  Salieron la parejita paseando calle abajo, unidos por sus rabitos, mientras la tarde caía, parecía tan fácil ser feliz.
  Cuando por fin llegaron donde el Gran Gato.
-      ¡  Gran Gato !, sal, por favor.
-      ¡ Gran Gato !, que hoy tienes visita.
-      ¿ Quién interrumpe el descanso de Gran Gato ?
-      Nosotros, seguro que no recibes muchas visitas últimamente.
-      Ay va, Linda y su novio
-      ¡ Qué no soy su novio !, pesado. ( dijo Lopez ).
-      Calla tonto, que te pones muy feo cuando te enfadas, ( dijo Linda, envolviéndole con su gran cola ).
-      ¿ Y qué les pasa a estos tortolitos ?
-      Venimos a preguntarte una cosa, facilita.
-      Preguntad, preguntad al Gran Gato ( dijo con mucha magnificencia y relevancia )
-      Menos humos, que tampoco es para tanto.
-      Preguntad, preguntad y si no iros por donde habéis venido.
-      Vale, vale oh Gran Gato, ( con la misma magnificencia con la que se dirigía a ellos ).
-       ¿ Tu sabes por qué los humanos están discutiendo tan frecuentemente ?, ¿ Tu sabes porque casi siempre al doblar una esquina los vemos enfadados ?.
-      Venga al grano, Súper Gato, que tenemos prisa.
-      Vosotros decís que los humanos discuten siempre, eso nos puede hacer de oro.
-      ¿ De oro ?.
-      ¿ No sabéis la historia de que cuando rompen dos humanos ?, salen sus corazones disparados y si los atrapamos el Gran mago de la Cloaca nos lo puede cambiar por autentico oro.
-      Vaya chorrada, Gran Gato
-      Menuda estupidez que nos acabas de contar.
-      Sin insultar, ¡ Eh !, que os lo voy a demostrar, ellos no los ven, pero resulta que cuando riñen y es para siempre, sus corazones salen volando y solo nosotros los elementos espirituales que tenemos limpia la conciencia, no como ellos, aturdidos siempre entre sus cosas, podemos verlos.
-      No te quedes con tus amigos, que te vas a quedar sin ellos.
-      ¡ Qué no tontos, que no !, que lo tengo apuntado en un libro muy antiguo de magia que tengo en algún cajón.
-      Hay que ver la cantidad de tonterías que guardas por ahí, ni que supieras tu leer.
-      Leer, leer, lo que se dice leer, no, pero los dibujos se me dan fenomenal y este libro está lleno de ellos.
-      ¿ Nos lo enseñas ?.
-      Pues claro  incrédulos, asi seguro que lo creeréis.
  Entraron los tres en la chabola del Gran Gato, y este se dirigió a su cajón, donde entre muchas cosas que para este resultaban muy interesantes estaba un libro lleno de dibujos donde con rotuladores fluorescentes ponía te quiero por todos los lados, pasaron más paginas y pudieron descubrir como estos corazones se convertían en muchos ¡ No !, hasta que al final los personajes del libro en lo alto de una montaña lanzaban sus corazones al cielo, en colores intensos y furiosos, para luego un borrón tremendo y un gatito que se apoderaba de esos corazones rotos.
-      ¡ Es verdad !, ahí está el Gato de la Cloaca.
-      No os lo dije, seguro que él nos puede cambiar los corazones de la gente que no se quiere por oro, por mucho oro.
-      Por oro no lo sé, pero si me lo cambia por unas latitas de sardinas, estaría muy agradecido, no veas las ganas de comer que tengo.
-      Tu siempre con tus cosas. Eres un Gato incorregible.
-      ¿ Y por eso me quieres ?, ¿ Verdad ?
-      Menos tonterías, que me ponéis muy rojo.
-      ¡ Tú viejo verde ¡. ¿ Cómo te vas a poner rojo ?.
-      El Gran Gato, se pone rojo y colorado, porque no tiene una Gran Gata a su lado.
-      Nos vamos a recoger corazones rotos.
-      Y a cambiarlos por sardinas, no te olvides.
-      Vámonos de excursión y veremos lo que pasa.

  Salieron los tres Gatitos, camino del barrio al compas de una música especial, cuando al momento descubrieron como dos chavales se lanzaban cosas a la cabeza.
-      Cuidado Linda, que te da. ( dijo Lopez dando un brinco )
-      Veréis como seguro que salen sus corazones por la ventana.
-      Que se den prisa que me rugen las tripas.
  Voces, gritos y ante los ojos atónitos de los Gatos, salía por la ventana dos preciados corazones.
-      ¡ Corre, Lopez que se nos escapan !
-      Rápido como el Rayo Mac Queen.
  Salió el Gato Lopez, espantado como alma que lleva el diablo, mientras el Gran Gato saltaba para otro lado.
-      ¡ Qué lo cojo, que lo cojo !, lo cogí
-      ¡ Qué me caigo, que me caigo !, me caí.
-      Pero que torpe te has vuelto Gran Gato, ( dijo Linda, mientras se lanzaba calle abajo, agarrando con sus zarpitas el otro corazón roto )
  Pero una cosa inexplicable paso cuando agarraron los dos corazones, resulta que a la hora de montarse en ellos cobraron consistencia, como dos nubes flotaron y empezaron a izarse por el cielo.
-      Gran Gato, que nos caemos. ¡ Que estamos volando ¡.
-      Se me olvido decíroslo, una vez que los habéis agarrado flotan y prepararos para el viaje que no sabemos donde irán a parar.
-      Esta me la pagas, Gran Gato, y encima no he comido ( dijo Lopez con la mano bien arriba )
-      Hay que mareo, Lopez, que parece que todo da vueltas. ( dijo Linda )
-      Tu tranquila y cógete a mi cola.

                                                   CAPITULO 2

  Flotando en el espacio sideral iban los pobre gatos asustados, mientras los corazones se izaban mas y mas.
  Pasaron mas allá de las nubes, y cuando estaban tiritando como dos gatitos recién nacidos, vieron a lo lejos un castillo.
-      Mira Linda, un castillo, justamente ahora que tenía tanta hambre.
-      Agita los brazos a ver si nos vamos a desviar del camino, mira asi, como si fueran dos remos.
-      Creo que no hace falta.
-      ¿ Como que no ?.
-      Es como si aquel castillo atrajera a los corazones.
-      Pues entonces déjate llevar.
-      Siempre a tu lado, muñeca. Rummmm, rummm, rummm. ( dijo ronroneando cariñosamente )

  Como atraídos por una fuerza invisible, llegaron los dos corazones a un mar rojo, aunque al principio no se daban cuenta de aquello, no eran nada más y nada menos que un mar de corazones rotos, que brillaban como pétalos de rosa.
-       ¡ Lopez !, es como un jardín.
-       ¿ No puede ser, que aquí estén todos los corazones de los humanos ?
-      Es bonito, ¿ No ?.
-      Depende de cómo se mire Linda. ¿ No te parecen demasiado corazones rotos ?
-      Pues si la verdad, hay demasiados rojitos por todas partes, parece como un mar de globos rojos.
-      Algo raro la verdad.
-      Raro, raro, raro. ( dijo Linda, con acento Andaluz )
  Aterrizaron los dos en el mar de corazones rotos, cuando a lo lejos empezó a chillar alguien.
-      ¡ Me los roban, que me los roban !.
-      Quien será ese que grita, ( poniéndose de uñas, y más tieso que un gato )
-      Yo te ayudo, ( dijo Linda, en posición de defensa ).
  Corriendo  rápidamente entre los corazones, pudieron ver a un gato totalmente rayado, un gato de todos los colores del arco iris.
-      ¡ No se atrevan a tocar ni uno solo de esos corazones !, ¡  que son míos !
-      Tuyos, tuyos, no lo sé pero si son de la gente que no se quiere.
-      Eso es gracias a mi poder malévolo que los hace discutir un poco más si cabe
-      O sea que eres tú el que está provocando esta situación.
-      Pues más o menos si, con mi poder infinito, del Gato de la Cloaca, mando mis rayos cósmicos a la tierra para hacerlos mas y mas infelices.
-      Te parecerá bonito, que a parte de todos los problemas que tienen, con que no pueden llegar a fin de mes, no pueden dar de comer a sus cachorritos, encima vengas tu con tu rayo cósmico de las narices y les fastidies ¡¡¡ Mas !!!.
-      Resulta muy bonito tener un jardín con todos estos corazones rotos, ¿ Verdad ?.
-      Bonito para ti, que los tienes, pero no para los que los perdieron.
-      Los perdieron por qué no los quisieron. Pero bueno, quien eres tú, para pedir explicaciones al Gato de la Cloaca.
-      Yo, un gato callejero, el Gato Lopez.
-      Y yo Linda, su novia.
-      A ver esos tortolitos, que les parece el sabor de un rayo cósmico, que les voy a lanzar.
  El gato de la Cloaca, lanzo su potente Rayo, a lo que Linda y Lopez no pudieron hacer nada. Quedándose totalmente perplejos.
  Nada, nada, no es eso lo que hicieron, sino en el momento que les impacto el Rayo Cósmico, se acercaron un poco mas y el Amor que ellos se tenían, ( a su manera ), fue suficiente para contrarrestar la fuerza del Rayo.
-      Mándale un beso, Linda, ahora.
-      Un beso,  ¡ No !,  por el Dios de los Gatos, tu estás loco, ¿ Un beso ?, menuda tontería.
-      Tu, mándaselo.
-      Mua, mua, mua, requeté mua.
  El impacto de esos besos hizo mella en el Gato de la Cloaca, el cual perdió en ese momento todos los colores de su pelaje, quedándose de un gris triste, muy triste.
-      Mua, mua, mua, bombardeo de besos, con mucho cariño
-      ¡¡¡ Noooo  ¡!!!.
  Mientras el temible Gato, se deshacía entre sus besos.
-       ¡¡¡ Bien por  Linda !!!  la gata más guapa del Universo, ( dijo Lopez, dándole un besito “ De gatito “ ).
-      Ven para acá que me voy a aprovechar de la situación ( dijo Linda, mas cariñosa que un ocho )
  Cuanto más se amaban los dos tortolitos, mas energía producían, y parece ser que a este jardín de corazones rotos, no les venía nada bien, tantos cariños, tantas caricias, tantos besos de gatito.
  Con la misma magia del cariño, se fueron los corazones  uniendo y subiendo formando todos una gran nube colorada.
-      Tranquilo Lopez, que me vas a comer.
-      Linda, que no me contengo, que solo pienso en volverte a querer.
-      Lopez,  ¿ Estas flotando o se me hace a mi ?
-      Tu sí que vas a flotar.
-       ¡ Que no Lopez !, mira para abajo,  que lejos estamos del castillo del Cloaca.
-      El suelo sigue esponjoso
-      Y de color rojo
-      Estamos otra vez flotando, anda que bien, hagámoslo en el aire, que nunca lo he hecho sobre una nube.
-      Ven para acá, golosón.

                                                 CAPITULO 3.

  Sin pretenderlo Linda y Lopez habían roto el sortilegio de los corazones rotos y se dirigían montados en la nube hacia la ciudad, la gente al ver ese suceso no se lo podían creer, un gran silencio se adueño del país entero, la incertidumbre ante aquella nube se contagio a todos los corazones de los humanos, parecía que les faltaba algo.
  Ante aquella cosa, el corazón de las personas volvió a latir, y si quedaba algo de cariño en ellos, sabían que no podían dejar de querer, se sentían solos y necesitaban a alguien con quien compartir aquellos temores ante la gran nube roja, asi que rompiendo toda las probabilidades de “ no volver a hablar  a la persona que rompió su corazón “, unos a otras se volvieron a llamar.
  Todos necesitaban tener a alguien con quien compartir aquella cosa extraña que les pasaba por el pecho y no podían tranquilizar. Todas las parejas que habían roto sus corazones últimamente se volvieron a juntar y justo, justamente cuando aquella inmensa nube roja estaba más cerca de la ciudad, se volvieron a dar otra oportunidad.
  Justo y justamente en esos momentos empezaron a llover miles, que digo miles, millones de corazones rotos, que al caer a la Tierra, buscaban a sus dueños y volvían a unirse para no volverse a separar.
 ( Si el Gato de la Cloaca no vuelve a hacer de las suyas ).
( O no riñen por cualquier cosa ).

  Linda y Lopez, bajaron poco a poco a su callejón de siempre, unidos por un solo corazón.
-       ¿ Chula la historia, verdad Lopez ?
-      Claro que si, Linda.
-      ¿ Te vienes ?.
-      ¿ A donde ?
-      A conquistar la Luna con otro de tus besos.
-      Pues claro Linda, donde voy a estar mejor que contigo.
-      Pues comiendo sardinas.
-      ¡ hay va, que se me olvidaba que no había comido !.
-      Nos vamos
-      Vámonos, pues.

                                JOSE PEDRO PORRAS
                              ( En otra de sus locuras )
                                  Te quiero Toñi.
 

  

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