Luces de colores
Múltiples, maravillosas.
Recorren mi cabeza
Desordenando mis ideas.
Devolviéndome a la vida
De una manera antes impensable
Se cuelan por los resquicios de mi mente
Abriendo caminos, dimensiones y placeres.
Que antes me parecerían imposibles
Me acercan plenamente
A un mundo imaginario
Tan lleno y refrescante
Malva, Rojo, Acaramelado.
Me entusiasman y embriagan
Me hacen volar,
Me
recubren de caricias
Paz interior que recorro cuando
Pisoteo las burbujas de colores
Las cuales explotan a mi paso.
Liberando sabores tan dulces
Como las chuches del chino.
Gomas masticables,
Caramelos de a un euro.
Me envuelven y me dejó llevar.
Pienso de nuevo que soy un niño.
Agarrado a los pechos de su madre
Perdiéndose entre burbujas de aire.
Me lleva a la Vida.
Vida.
Es lo que vuelvo a sentir.
Vida.
Lloró envuelto en sus recuerdos.
Senos llenos de energía
Energía que me lleva a ser niño
Niño envuelto en trapos
Trapos perfumados de romeros
Salvia, Nenuco, hierbabuena.
Recuerdos, muchos recuerdos.
Besos de mi madre deslizándose en mi
cuerpo.
Haciéndome cosquillas
Cosquillas que aún me pican.
Desnudo olvidando el pudor
Desnudo y creciendo.
Burbujas llenas de deseos.
Miró al cielo tan lleno de pechos.
Verdes, dorados, negros.
Echo la caña para ver que pesco.
Ríos de leche
Que me envuelven
Esperando
un poco más
Que me envuelven en deseos
Caprichosos a media noche
Burbujas de colores
Que invaden mi cabeza.
Y ese recuerdo a leche
Que surcan de los pechos de mi Madre.
Olores que intento capturar
Pero solo me salen burbujas de colores
Cierro por un instante mis ojos
Para poder verte de nuevo
Ahí estas sonriendo
Tan cerca de mí
Como las estrellas del cielo.
Colores que explotan
En esta dichosa cabeza.
José Pedro Porras Cano.
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