Respiro entrecortadamente encerrado en este cuerpo, que se olvidó de respirar.
Habro la ventana de nuestra habitación y saco la cabeza afuera para ver si mi nariz se cuela entre los árboles secos, que de tanto cortarlos perdieron las ganas de crecer.
Por mas que me esfuerzo, el olor a mañana recien puesta no me llega.
¿Muerto, estaré muerto¿, más el oxígeno entra en mi cuerpo y mis ojos miran hacia uno y otro lado incesantemente.
Recorro el corto espacio que hay entre mi habitación y el resto del mundo que se ve enfrente y nada de nada, ningún olor me llega.
Ya no huele la peste de la incineradora de Valdevernardo que enturbia con sus olores el aire contaminado de la mañana, sin dejar que otros olores se apoderen de este momento de las 5 de la mañana.
Ya no huelo los tubos de escape de esos coches de gasoil que colorean mi ciudad de un tono gris ceniza y con ese color se lleva el tono azul cielo que debería de tener esta mañana.
Ese gris que sin darnos cuenta se está metiendo en nuestros corazones y en nuestra forma de vivir.
Cierro los ojos para volver a mi Océano y recuerdo como volver a oler y a respirar, mi cuerpo se llena de ese momento y de arena entre los dedos descalzos. ¡ Corre que te pillo, corre que te alcanzo!, sigo con la nariz impregnada en amaneceres azules y dorados.
Pero justo cuando andaba volando, una gris paloma me ha cagado y cierro la ventana de un portazo.
Sigo sin oler a nada dentro de mi cuarto, mientras mi mujer un beso me ha dado.
No le digo nada de mi falta de olfato y paso con ella un rato “hablando “, después me pongo con el desayuno y sin querer las tostadas se han quemado, (¡Claro, como carezco de olfato!).
Toñi, me vuelve a dar un beso, y estoy seguro que se ha echado esa colonia que le gusta tanto, pero nada me ha llegado.
Desayuno monocolor y monocromático, ¿Estaré de nuevo soñando¿, cierro los ojos y ese intervalo, algo Toñi a preguntado, sigo pensando que algo raro ha pasado
Desayuno. los niños. me voy a trabajar
Salgo de nuevo a la calle a luchar, pero esta vez es diferente, es como otro despertar, abro la ventana de mi furgoneta para dejar el aire pasar, sabiendo que no huelo na de na, me toca esperar detrás de un autobús y ¡Toma ya!, una nube toxica me ha soltado, pero esta vez sonrió, después de aspirarla.
Me pongo los ACDC para animar esta mañana y recorro la avenida de los árboles cortados (No vaya a ser que se caiga alguna rama), al no oler nada sonrio, aunque aún me falte tener el cielo mas limpio. Los niños no se creen que la nube de contaminación llegue a tapar la montaña nevada, de que los gorriones (los pocos que quedan) tengan las plumas de un precioso gris amargo, de que cuando esté conduciendo por la M45, se metan por mi cuerpo múltiples nubes con sabor y olor extrañas, que dejan residuos a su paso (¿Serán cancerígenos, o algo más malvado ¿), solo el tiempo nos dará la respuesta a lo preguntado.
Mas en este día tan señalado, solo me fijo en los colores y en lo serios que estan los señores, ¿Será por que desde Madrid, ya no se ven los colores del cielo, esos tonos tan azulados ¿, respiro muy fuerte, aun a sabiendas que es aire contaminado.
Una sonrisa se me escapa, al saber que esta mañana podré tener la ventana todo el día bajada.
Me acuerdo de mis niños en el colegio de Vallekas, tan cerca de Valdevernardo y me entran unas ganas terribles de recojerlos ahorita mismo y llevármelos muy lejos, tan tan lejos, hasta dejar atras ese cielo gris plateado, donde el suelo huela a hierba recien cortada y la mañana tenga olor a brisa Oceánica. Donde vuelvan mis ganas de respirar y deje atrás esta incertidumbre de que si el cancer de mi se apoderarà.
Vuelvo a casa sin olor a nada, agarro la ropa y descolocada la echo en el maletero, pues cuando recoja a mis niños, ya tendré tiempo de colocarla.
Con los niños en la furgoneta, llamo a Toñi y paso a buscarla, ya le explicaré por el camino mis ganas de libertad y de buscar por nuestros hijos otro Mundo más limpio y que huela a Vida de verdad.
Los cuatro en la furgoneta, hasta el infinito y mas alla, pues esta vida que vivimos se me hace difícil de soportar.
Y aquí acaba esta historia, donde una mañana deje de oler, pero no de respirar.
José Pedro Porras Cano.
20 marzo, 2016
16 febrero, 2016
CRISIS DE VALORES
Recordaremos este momento que vivimos como un
cambio radical en todo lo que conocemos, las ideas se desvirtúan, los porqués
que antes eran irrefutables se transforman, quedan pocas cosas en las que antes
confiábamos y desgraciadamente morimos.
Esta mañana he venido triste a casa, después de
haber hablado con Julita.
Anteriormente he hablado de este personaje
tan importante en nuestra familia, como referente en el ámbito educativo, ella
es la persona que ha educado a Alba y Héctor, mientras Toñi y yo trabajábamos,
(en otras culturas sería como la abuela en la que puedes confiar a tus hijos
para educarlos y que aprendan los valores de la vida, pero todo va cambiando de
manera que las personas que deberían de haber estado al lado de nuestros hijos
y ya está es cuestión de asumirlo).
Julita, como definir a Julita, no encuentro
palabras para completar su descripción y creo que valdría una sola, educadora. Pero
no una educadora cualquiera, sino Educadora, que a sus 70 y tantos años, solo
piensa en ello.
Todavía recuerdo el día en que con 9 meses me
recorrí el barrio de Aluche en busca de una casita para nuestra niña Alba, y me
encontré barriendo a esta señora la puerta de su escuela, desde entonces con
palabras de cariño y sentido, nos ha unido una gran relación que un buen día
terminará cuando parta de nuestro lado, de igual manera lo hizo su hermana, que
tanto nos ha enseñado.
Pero este año a la hora de recoger los
extintores de su escuela, me he encontrado con una triste estampa. Una abuelita
de 70 y tantos años, muy delgadita y con solo 23 niños prestándola atención, también
estaba Virginia (quien desde aquí le mando un fuerte abrazo, mujer que también ha
dedicado toda su vida a cuidar y a educar a los más pequeñitos, incluido
nuestra niña Alba).
Me cuenta Julita que casi no hay niños, que
de todos los que había el anterior año tan solo le queda 23 y cada vez hay
menos, primero los padres no se lo pueden permitir pues alguno de los dos no
trabaja y cuidan de los pequeños, y cada vez hay menos niños Españoles, si los
hay de otras nacionalidades, pero se encargan de cuidarlos entre ellos.
- Mira Pedro, las cosas están cambiando y es
como si una bomba hubiera caído encima de nosotros, arrasando todo a su paso,
por mucho cuidado que hayamos puesto en cuidar de nuestros hijos, ellos son los
que no se van a adaptar a lo que nos va a tocar vivir, los hemos educado de una
manera distinta y los pisotearan para no dejarlos vivir en paz.
Cada vez los valores se van perdiendo hasta
que llegue el momento de que se anulen, pero vosotros los educadores, debéis de
seguir adelante con lo que habéis realizado hasta ahora, con esos hijos
maravillosos que habéis traído al mundo.
Sabes que lo vivisteis nunca será lo mismo,
pero esos valores que te han llenado durante tanto tiempo a su lado, son los
que tienes que transmitir a los demás.
Te encontraras solo, pero tu sigue adelante y
sonriendo que es lo que más les duele.
Pasaran momentos difíciles, pero el Amor y
personas buenas como Toñi y tu son las que deben de conservar los valores de
siempre y comunicárselo al Mundo.
Seremos de las últimas personas que se puedan
sentir distintas, pero con eso nos valdrá, con respirar cada mañana y con reírnos,
como tú solo sabes.
Las cosas nunca serán lo mismo que antes,
pero ojo lo que nos hemos llevado por delante, díselo a Toñi y haceros grandes
en este sentimiento, la tecnología y todas esas maquinitas que aíslan del Mundo
normal, está acabando con la sociedad y la está transformando de tal manera,
que ya es tarde para solucionarlo.
También os encontrareis que vuestros hijos
sean lo que destaque sobre los demás niños, y aunque los que están al lado suyo
intenten aplastarlos, nunca los dejéis caer. Ya sabes que si algo destaca,
siempre llama la atención y que si no pueden con ello y ven que les hace
sombra, simplemente lo aplastan como malas hierbas, siendo ellos el futuro de
esta España.
Falta gente con ideas y los que las tienen no
quieren estar aquí y se van para otros países, también faltan líderes que
gobiernen que la gente siga, ¡Si se han encargado de macharlos y hundirlos,
para que no lideren!
¿Sabes
que hemos estado a punto de cerrar la escuela?, pues nos vino una historia con
la herencia de mi hermana que no podíamos soportar, menos mal que nuestros
propios hijos colaboraron como pudieron y gracias a ellos, la escuela sigue a
delante, como podemos, ya ves, ¡Solo 23 niños!, que no tengo ni suficiente para
pagar a Virginia, ¿Te acuerdas antes que tenía a cuatro educadoras?, pero me he
tenido que ir desprendiendo de cada una de ellas y hasta una me robo y todo.
Triste, sencillamente hoy estoy triste, porque veo que mis propios hijos nunca
podrán disfrutar de la vida como lo hemos hecho Toñi y yo y les va a tocar un
Mundo bastante difícil de llevar. Les miro y me entran unas ganas de abrazarlos
y besarlos tremendas. Esta mierda de
crisis que se ha convertido en una manera (ya), de vivir, está cambiándolo todo
y no podemos hacer nada, simplemente verlo y querernos un poquito más.
José Pedro Porras Cano
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