Tan deprisa pasa la vida
Que aun agarrándola con nuestras manos
Se nos escurren entre los dedos
Dejándonos solos entre tus recuerdos.
Deambular de esos segundos, perdidos.
Olvidados en algún rincón.
Me miro en el espejo.
Preguntándome ¿Qué pasó?
Rocambolescas las manecillas
Se burlan de mis nervios
Se entrelazan esperando el momento
En que llegue al espacio de tus besos.
Versos que regalados se quedan.
Enredados entre tu pelo.
Versos que solo conoce la Luna.
Prendida en el color de tus deseos.
Espero despacio que pase el tiempo.
Que con ello no se lleve tus recuerdos.
Tristemente envejezco y sonrió.
¿Sonreiré después de muerto?
Se ríe la tumba de mí
Se ha abierto un frio hueco.
Despacio introduzco un pie
Siguiéndole después todo el cuerpo.
A gusto por fin con la vida
Cierro los ojos por última vez
Creo que ver tu sonrisa
Por un hueco al amanecer.
Se quedan olvidados mis versos
Aquellos que te canté.
Entre cariños y risas
Ganas de tu querer.
Creo ser feliz por última vez
Mientras mi nombre gritas.
Mas ahora muerto
Poco has de hacer.
Déjame que tu sonrisa
Me persiga en esta noche eterna
Déjame que entre las estrellas
Te vuelva otra vez a querer.
Amada mía, mujer.
Que oscura se quedó la vida
Que oscura sin tu querer.
Amada mía, mi mujer.
José Pedro Porras Cano
No hay comentarios:
Publicar un comentario