Recordaremos este momento que vivimos como un
cambio radical en todo lo que conocemos, las ideas se desvirtúan, los porqués
que antes eran irrefutables se transforman, quedan pocas cosas en las que antes
confiábamos y desgraciadamente morimos.
Esta mañana he venido triste a casa, después de
haber hablado con Julita.
Anteriormente he hablado de este personaje
tan importante en nuestra familia, como referente en el ámbito educativo, ella
es la persona que ha educado a Alba y Héctor, mientras Toñi y yo trabajábamos,
(en otras culturas sería como la abuela en la que puedes confiar a tus hijos
para educarlos y que aprendan los valores de la vida, pero todo va cambiando de
manera que las personas que deberían de haber estado al lado de nuestros hijos
y ya está es cuestión de asumirlo).
Julita, como definir a Julita, no encuentro
palabras para completar su descripción y creo que valdría una sola, educadora. Pero
no una educadora cualquiera, sino Educadora, que a sus 70 y tantos años, solo
piensa en ello.
Todavía recuerdo el día en que con 9 meses me
recorrí el barrio de Aluche en busca de una casita para nuestra niña Alba, y me
encontré barriendo a esta señora la puerta de su escuela, desde entonces con
palabras de cariño y sentido, nos ha unido una gran relación que un buen día
terminará cuando parta de nuestro lado, de igual manera lo hizo su hermana, que
tanto nos ha enseñado.
Pero este año a la hora de recoger los
extintores de su escuela, me he encontrado con una triste estampa. Una abuelita
de 70 y tantos años, muy delgadita y con solo 23 niños prestándola atención, también
estaba Virginia (quien desde aquí le mando un fuerte abrazo, mujer que también ha
dedicado toda su vida a cuidar y a educar a los más pequeñitos, incluido
nuestra niña Alba).
Me cuenta Julita que casi no hay niños, que
de todos los que había el anterior año tan solo le queda 23 y cada vez hay
menos, primero los padres no se lo pueden permitir pues alguno de los dos no
trabaja y cuidan de los pequeños, y cada vez hay menos niños Españoles, si los
hay de otras nacionalidades, pero se encargan de cuidarlos entre ellos.
- Mira Pedro, las cosas están cambiando y es
como si una bomba hubiera caído encima de nosotros, arrasando todo a su paso,
por mucho cuidado que hayamos puesto en cuidar de nuestros hijos, ellos son los
que no se van a adaptar a lo que nos va a tocar vivir, los hemos educado de una
manera distinta y los pisotearan para no dejarlos vivir en paz.
Cada vez los valores se van perdiendo hasta
que llegue el momento de que se anulen, pero vosotros los educadores, debéis de
seguir adelante con lo que habéis realizado hasta ahora, con esos hijos
maravillosos que habéis traído al mundo.
Sabes que lo vivisteis nunca será lo mismo,
pero esos valores que te han llenado durante tanto tiempo a su lado, son los
que tienes que transmitir a los demás.
Te encontraras solo, pero tu sigue adelante y
sonriendo que es lo que más les duele.
Pasaran momentos difíciles, pero el Amor y
personas buenas como Toñi y tu son las que deben de conservar los valores de
siempre y comunicárselo al Mundo.
Seremos de las últimas personas que se puedan
sentir distintas, pero con eso nos valdrá, con respirar cada mañana y con reírnos,
como tú solo sabes.
Las cosas nunca serán lo mismo que antes,
pero ojo lo que nos hemos llevado por delante, díselo a Toñi y haceros grandes
en este sentimiento, la tecnología y todas esas maquinitas que aíslan del Mundo
normal, está acabando con la sociedad y la está transformando de tal manera,
que ya es tarde para solucionarlo.
También os encontrareis que vuestros hijos
sean lo que destaque sobre los demás niños, y aunque los que están al lado suyo
intenten aplastarlos, nunca los dejéis caer. Ya sabes que si algo destaca,
siempre llama la atención y que si no pueden con ello y ven que les hace
sombra, simplemente lo aplastan como malas hierbas, siendo ellos el futuro de
esta España.
Falta gente con ideas y los que las tienen no
quieren estar aquí y se van para otros países, también faltan líderes que
gobiernen que la gente siga, ¡Si se han encargado de macharlos y hundirlos,
para que no lideren!
¿Sabes
que hemos estado a punto de cerrar la escuela?, pues nos vino una historia con
la herencia de mi hermana que no podíamos soportar, menos mal que nuestros
propios hijos colaboraron como pudieron y gracias a ellos, la escuela sigue a
delante, como podemos, ya ves, ¡Solo 23 niños!, que no tengo ni suficiente para
pagar a Virginia, ¿Te acuerdas antes que tenía a cuatro educadoras?, pero me he
tenido que ir desprendiendo de cada una de ellas y hasta una me robo y todo.
Triste, sencillamente hoy estoy triste, porque veo que mis propios hijos nunca
podrán disfrutar de la vida como lo hemos hecho Toñi y yo y les va a tocar un
Mundo bastante difícil de llevar. Les miro y me entran unas ganas de abrazarlos
y besarlos tremendas. Esta mierda de
crisis que se ha convertido en una manera (ya), de vivir, está cambiándolo todo
y no podemos hacer nada, simplemente verlo y querernos un poquito más.
José Pedro Porras Cano
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