En la oscuridad de la noche apareció.
Ay va otra vez ella ahí, ese ser inquieto
que revoluciona mi alma, más bien la atormenta cada día y en cada momento que
hablamos de Ella.
Ese ser que se mete en todo y todo lo sabe,
ese ser que estropea cualquier momento solo con su presencia y encima me dicen
que no pasa Nada, que debo de aguantar lo que me echen pues Ella siempre estará
ahí y puede llegar a ser la parte más importante de la vida en Armonia
Armonia esa cosa tan difícil, sobre todo cuando no se
trata de la mía.
Estoy dormido y Ella aparece, todo se vuelve
locura a mi lado y vomito, hecho hasta la papilla de anteayer pero no me es
suficiente, quiero salir de este dichoso sueño, pero me tiene preso entre las
miradas descaradas, entre un millones de porqués, malditos y maldita el momento
en que apareció en Nuestra vida, con lo fácil que es llevarse bien, menos
cuando como este espectro aparece por la ventana para decirte ¡ Hola que tal !
( y encima buscando conversación ).
No quiero hablar con Ella, pero la fuerza
maligna me inunda todo el cuerpo y no me deja levantarme, quiero huir de este
Sueño, pero me tienen atrapado y los ojos no me responden. Tampoco las piernas,
que sujetas al subconsciente me retienen.
Su bífida lengua le recorre y mi cuerpo se
encoje para que no me absorba las últimas gotas de mi poder, de mi Vida en esta
Tierra.
En un momento álgido del Sueño, se transforma
y aparece ante mi tal y como es:
El espanto mismo de la maldad infinita, de
esos trols que aparecen en el Señor de los Anillos, con esa nariz asquerosa
toda llena de m. y encima un grano prominente que me persigue para que la bese.
- Bésame, quiero un beso, solo uno.
- Noooo
Revolcándome en la cama y cogido a Toñi me
despierto empapado en sudor, el cuerpo me duele, la respiración se entrecorta,
sigo viéndola aun en la Oscuridad.
- ¡ No pasa nada, Pedro, no pasa nada !.
- Otra pesadilla mi amor.
- Tu tranquilo que te va a dar algo.
- Si tú supieras con quien he soñado
- No me lo cuentes, que es mejor.
- Mejor será.
Suena el despertador y aún con el cuerpo
cansado de aquel mal presagio me despierto y aturdido paso la mañana.
Tan aturdido estaba que en vez de echar los
calcetines al tambor de la ropa sucia, los lanzo a la cisterna.
Despistado que es uno.
JOSE PEDRO PORRAS. ( Un mal sueño ).
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